El pueblo es pequeño y encantador. Está situado a 1.116 metros de altitud en la confluencia de los ríos Tavascán y Lladorre que forman el Cardós. Un puente de piedra medieval atraviesa el núcleo antiguo compuesto por casas de piedra y calles adoquinadas y en cuesta. En un alto se sitúa la parroquia de San Bartomeu (siglo XII) que completa el decorado.
Las instalaciones de la Estación de Alta Montaña Tavascán-Pleta del Prat están a 10 km. del pueblo. Disponen de un único edificio que engloba refugio, alquiler y taquilla. Enfrente se encuentra el telesilla multiuso que da acceso a las zonas de esquí alpino, 'freeride', travesía y raquetas. El remonte no es moderno, pero sí operativo y llega hasta la base del Pic Campirme, a 2.250 m. de altura. Allí comienza una pista amplia y larga (2 km.) ideal para el esquí alpino.
Las zonas de 'freeride' están más arriba. Hay que remontar 500 metros por una pala que lleva hasta un alto. Allí comienza el terreno libre de trazas, con una gran variedad de tubos y pendientes. Este mirador ofrece tres posibilidades. De frente, al internarse en el abetal, se llega a la pista de fondo. Por la derecha, hay unas palas muy amplias con terreno para 'rayar' y la zona izquierda, que no es apta para debutantes, posee tubos y palas de variada pendiente ideal para 'freerides'.
Tavascán es también punto de partida de excursiones por la naturaleza salvaje del Valle de Cardós. Las pistas abiertas por las obras hidroeléctricas llevan hasta los lagos de Romedo, Closell y Naorte y los conocidos Plans de Boavi. Río Tavascán arriba se encuentran las bordas de Graus, Cuanca y Noarre, ahora deshabitadas.
Más información: Reportaje, Una magnífica jornada en Tavascán
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