La Federación Polaca de Esquí (FPE) no quiere prolongar el contrato de Federer, que expira a finales de abril, porque considera que el austríaco ejerce una mala influencia sobre la máxima figura del deporte invernal polaco.
Sin embargo, Malysz ha insistido en que quiere hacer su preparación para los próximos Juegos Olímpicos, que se disputarán el año que viene en Turín, con la ayuda de Federer y que de no ser así tomará la decisión de colgar los esquís.
“Si no llego a un acuerdo con la Federación, sencillamente acabaré mi carrera deportiva, porque soy polaco, y con total seguridad nunca representaré a un país que no sea Polonia”, aseguró el deportista. “Federer me da todo lo que necesito para estar en la cima de este deporte y quiero prepararme para los próximos Juegos Olímpicos con él”, añadió. El esquiador también aprovechó para desmentir las acusaciones de la Federación Polaca de Esquí que afirmaban que el entrenador austríaco estaba obligando a Malysz a participar en todas las competiciones posibles y que, desde su llegada, las relaciones entre la federación y el campeón polaco habían empeorado.
Pawel Wlodarczyk, presidente de la federación polaca, dijo ayer que “Federer se mete en cuestiones de la federación en las que no debería meterse”.
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