Los datos que hacen de Sierra Nevada la estacion mas visitada.

Segun el interesante articulo del suplemento del Mundo por Alfredo Merino nos desvela los matices,que hacen de la estacion granadina atractiva para los turistas.

Buen tiempo casi seguro, la amplitud de sus pistas y su reconocido ambiente ‘after hours’ son las razones de que la estación granadina sea la más visitada de todas las españolas

Fue el escritor granadino Ángel Ganivet el primero que tuvo la ocurrencia de convertir Sierra Nevada en la finlandia andaluza. Ocurrió durante el periodo en el que desempeñó el cargo de cónsul en la capital del país nórdico. En sus cartas dirigidas a un periódico granadino a finales del XIX, estimuló el nacimiento de los deportes de nieve en las montañas más elevadas de Andalucía. Mucho han cambiado los tiempos desde entonces. En especial en estas cumbres andaluzas, convertidas, entre otras cosas, en uno de los puntos más calientes de la nieve española. Su soleada situación y su reconocida marcha tienen la culpa de ello. La estación invernal de Sierra Nevada es la mayor y la que posee el desarrollo más llamativo de toda España.

Aunque los primeros edificios se remontan cien años atrás, fue a partir de los pasados sesenta cuando inició su extraordinario crecimiento. Considerada el Benidorm de la nieve, su desarrollo fue parejo al del boom constructor sufrido por aquella y por otras muchas ciudades costeras españolas. La inauguración del telesilla de Borreguiles, auténtico punto de inflexión en el desarrollo de la estación de esquí, se produjo en 1969. Desde entonces una verdadera ciudad ha surgido en Pradollano, cuya capacidad hotelera y servicios que ofrece la colocan a la cabeza de la nieve española. También lo es por la extensión que ocupa el dominio esquiable. Sus más de 76 kilómetros se reparten en 70 pistas de todas las dificultades y longitudes, aunque predominan en ellas las fáciles y medianas. Esto la convierte en el segundo dominio esquiable de nuestro país. Refuerzan la presencia de nieve sobre ellas 386 cañones capaces de innivar 26 kilómetros de descensos. Argumentos más que notables para asegurar el esquí en cualquier jornada de la larga temporada, que aquí suele prolongarse hasta el primer puente de mayo y que permite el esquí nocturno. Junto a todo esto, Sierra Nevada cuenta con dos exigentes circuitos para el esquí de fondo y un parque de snowboard cuyo cuidado half-pipe hace las delicias de los más radicales.

Al margen de las pistas, existe una amplia oferta de posibilidades para quienes no son esquiadores. Es el caso de las motos de nieve y de los trineos con perros nórdicos, opciones más aventureras que el no menos entretenido golf sobre nieve. Más divertidos son el tobogán para cámaras neumáticas y la pista de patinaje sobre hielo. Si por el contrario hablamos de los más pequeños, es muy reseñable el servicio de guardería, que esta temporada cuenta con payasos y sugiere, entre otras actividades, excursiones para que los niños visiten a los perros de los trineos.

NOVEDADES. En cualquier caso, quienes vienen aquí lo hacen porque tienen asegurado el sol. Su presencia es tan evidente que forma parte del eslogan mas conocido de Sierra Nevada a lo largo de su historia: Sol y nieve. El buen tiempo constituye algo cotidiano. Según los datos de la propia estación, la pasada temporada se extendió a lo largo de 156 días, de los cuales sólo cerró todos los remontes siete jornadas, mientras que cinco se hizo lo propio con parte de las instalaciones, a causa de condiciones meteorológicas adversas, especialmente el viento en las cotas más altas.

Enclavada en el epicentro de la cordillera Penibética, Sierra Nevada es la estación de montaña más meridional del continente europeo y la más alta de España; sus cotas se elevan desde los 2.100 metros donde se alza Pradollano, hasta los 3.300 metros que alcanzan la cabecera de las pistas que se inician justo bajo la cumbre del Pico Veleta. Semejante altura justifica la segunda parte de la frase, la nieve.

Con una inversión estimada en 7.658.000 euros, las novedades que Sierra Nevada presenta para la presente temporada son variadas. Las primeras están destinadas a los debutantes, para quienes se ha inaugurado una zona en Montebajo. Equipada con un nuevo telesilla cuatriplaza, también cuenta con una cómoda cinta transportadora, la llamada alfombra mágica, un tapiz móvil similar a los que ayudan recorrer los pasillos de los aeropuertos y que es el remonte más recomendable y sencillo de utilizar para los principiantes.
Ya para esquiadores más avanzados, el viejo telesilla Veleta II ha sido sustituido por un nuevo ingenio que mejora el anterior trazado. Además, a lo largo de la estación se han introducido mejoras en el sistema de producción de nieve artificial, instalando nuevos cañones y automatizando los que innivan determinadas zonas.

Aunque la más llamativa de las novedades de la estación andaluza se refiere a una actuación realizada a pie de pistas. Se trata de la creación de un exclusivo aparcamiento para autocaravanas situado en la parte alta de Pradollano. Esta zona proporciona una nueva posibilidad para los amantes del turismo campista, quienes con su uso obtendrán un palpable ahorro al librarse de la hasta ahora inevitable factura del hotel. Es posible que la medida popularice aún más Sierra Nevada. Aunque esto es algo que no necesita la estación. La pasada temporada invernal pasaron por ella 1.144.740 visitantes, convirtiéndose en la mejor de toda su historia y en la que ostenta la mayor afluencia de España, acaparando el 18 por ciento de todos los esquiadores que practicaron su deporte en dicho periodo.

El referido crecimiento de la urbanización de Pradollano, consentido por el Ayuntamiento de Monachil, es un modelo de cómo nunca debe realizarse un desarrollo urbanístico dentro de un área de montaña. Caótico y abigarrado, los edificios surgen en cualquier parte, al margen de la menor lógica y con el único objetivo de aprovechar el terreno. Semejante disposición produce un negativo impacto visual. No es lo peor de todo. Su incomodidad se acrecienta por la disposición del terreno, en mitad de una pronunciada ladera.

El tráfico es el principal perjudicado. Tanto para circular como a la hora de buscar un aparcamiento. Esto último es sencillamente imposible, so pena de asegurarse de que el vehículo será retirado de inmediato por la diligente grúa. Si no se sube en transporte público desde Granada, el amplio aparcamiento subterráneo de Pradollano es la única solución para dejar el coche. Con lo que hay que unir su nada despreciable costo al presupuesto de cualquier estancia en la nieve.

PARQUE NACIONAL. Al margen de su incidencia sobre los esquiadores, el impacto de la urbanización es muy perjudicial hacia el medioambiente que la rodea. No hay que olvidar que la estación se sitúa en el cogollo del Parque Nacional de Sierra Nevada. Se trata de uno de los espacios naturales más destacados del continente europeo, que es Reserva de la Biosfera. Sus 80 endemismos animales y más de 60 vegetales, y sus 86.000 hectáreas certifican tal importancia. Gracias a su declaración como espacio natural protegido en 1999, los criterios conservacionistas se han convertido en asunto decisivo para cualquier actuación que se realice.

De vuelta al esquí, junto al sol y la nieve, la tercera pata de sus irresistibles atractivos es un reconocido after hour, que pasa por ser el más marchoso de la nieve española. Nadie duda que la situación andaluza de Sierra Nevada tiene mucho que ver con el asunto. Hay quien asegura que en Pradollano se localiza la mayor concentración de bares, cafeterías, pubs y establecimientos similares de todo el mundo del deporte blanco. No pocos abren sus puertas según cierran los tornos de los remontes a la caída de la tarde y no las cierran hasta que aquellos comienzan a dar vueltas la mañana siguiente. El asunto condiciona la abundancia de un público juvenil y cañero que en ocasiones hacen de las suyas sobre la nieve.

En la otra punta del fuera de pista está la exótica posibilidad de disfrutar en la misma jornada de la nieve y la playa, dada la cercanía de la costa granadina.
Esta proximidad del Mar Mediterráneo, que en línea recta se extiende a menos de cien kilómetros de las cumbres de Sierra Nevada, es determinante en la calidad de su nieve. Caracterizada por un elevado grado de humedad, sufre profundas transformaciones a lo largo de cada jornada. Sobre todo a medida que pasa el invierno. A partir del mediodía, la humedad y el calor convierten las vaguadas nevadas en verdaderos aguazales en los que resulta imposible esquiar. En el resto de las pistas soleadas aparece la típica nieve transformada, un terreno que aconseja no seguir esquiando.

La llegada de la noche y el descenso de las temperaturas congela aquella masa que al día siguiente se amanece congelada. En la parte superior el problema es algo distinto. Por causa de las bajas temperaturas allí reinantes y del viento frecuente en tales zonas, la húmeda nieve se mantiene helada a lo largo de todo el día, exigiendo una máxima atención por parte del esquiador.