Anoche me costó dormir. Después de toda la tarde lloviendo en Granada y con el descenso de temperaturas previsto, era difícil que la Sierra no amaneciera hoy nevada. Y así ha sido. Me he levantado temprano, ilusionado, y con la misma ansiedad que un niño abre los regalos el día de Reyes, he abierto yo la página de Infonieve para ver las webcams de Sierra Nevada.
No ha nevado mucho pero de Borreguiles para arriba se aprecia todo blanco, asi que un café rápido y para la Sierra. Que ganas de sentir el frío y la nieve de nuevo. Tras un eterno veroño, volver a pisar la nieve es motivante y necesario para todos los que vivimos de la nieve.
Una vez arriba, de primeras alegría y desilusión a partes iguales. La nieve aflora a partir de 2.500 metros, pero ha caído menos de lo previsto. Lo bueno es que la nieve está mucho más compactada que en otras ocasiones, y debajo hay una capa de hielo. No es mala base sobre la que comenzar a innivar, y de hecho los cañones han arrancado a media mañana.
Pero a partir de unos 2.800 metros, la cosa pinta mejor. La capa de nieve es más uniforme y más gruesa, y no tiene pinta de que se vaya a ir de un día para otro.
Aunque cuantitativamente esta nevada no haya sido de importancia, cualitativamente sí que lo es. Supone volver a ilusionarse, a ver la luz al final de un túnel que dura ya muchos meses. A pasar del miedo a la esperanza.
Y es que esta temporada nos jugamos mucho. Sierra Nevada, todo su prestigio con los Mundiales de Freestyle y Snowboard. Los empresarios, la viabilidad de sus negocios tras uno de los peores inviernos que hemos conocido. Los trabajadores, no ya sólo sus puestos de trabajo. También el continuar la apuesta hecha en su momento por la nieve y la Sierra, un medio del que cada vez es más difícil vivir.
Por eso más que nunca, es de agradecer que Cetursa y su equipo de producción de nieve, responda de forma tan rápida y hoy mismo ya hayan comenzado a innivar. Está claro que la base es escasa, pero vienen varios días de bajas temperaturas que hay que aprovechar, o al menos, intentarlo. Si todo va bien, a mitad de mes seguirán las precipitaciones, y capita a capita, es fácil que algo - o bastante - se pueda abrir para final de mes.
Definitivamente, hemos entrado en modo invierno.