Como los que me conocen ya saben que el tema molinero me tira bastante, siempre he llevado casco que cubre toda la cabeza. No obstante, cada vez que disfruto de una buena sesión de freeride me acuerdo de esos cascos ligeros y ventilados con los que seguro que se esquía mejor, cuando la velocidad no es tan alta y el esfuerzo es mayor.
Cuando estuve en La Grave hace tres años pasé tanto calor con mi casco racing que decidí que si volvía a un sitio parecido lo haría con un casco adecuado. Y como hace una semana me convocaron para volver a la mítica estación francesa y la posibilidad de acabar volviendo existe, hay que poner remedio lo antes posible.
Por eso, este año he puesto a mi lista de regalos un casco de freeride. Mi marca favorita es POC. Me gustan sus diseños sobrios además de que seguro que el hecho de tener en casa a una ingeniera de materiales influye lo suyo. Resulta que soy el único de la familia y el que esquía más deprisa que no voy con el casco de esta marca, porque todos han ido cambiando a POCito o Skull X, por lo que igual ha llegado el momento de dar el salto y cambiar de marca tras unos cuantos años con Briko. Veremos cómo acaba la historia. He visto algunos candidatos interesantes: