Si alguno de vosotros os perdisteis la primera entrega del reportaje, os recomiendo que empecéis por allí...
Después de la jornada 1 de esquí, las piernas quedaron bastante tocadas, así que era el momento de ir para casa a descansar.
Mientras cenábamos no podíamos dejar de pensar en las rondas que habíamos hecho, que si has visto ese giro, madre mía qué buena nieve, menudo leñazo que te has dado, qué paredones hay en esta estación, mañana hay que ir a la zona del glaciar que he visto muchas líneas apetecibles...
Estábamos todos como niños pequeños el día de los Reyes Magos y como la adrenalina había corrido mucho por nuestras venas durante la jornada, nos fuimos a dormir y quedamos anestesiados casi al momento.
Suena el despertador, nos vestimos, comemos y para pistas que seguro que nos espera otra épica jornada.
Al llegar allí subimos directamente al Titlis Xpress que nos deja a 2400m, bajada para calentar por la pista roja número 2 hasta el telesilla Laubersgrat y volvemos a subir a 2400m para coger el Titlis Rotair que nos llevará a la cota más alta de la estación, a 3020m encima del glaciar.
Algo que nos sorprendió mucho fue que la gran mayoría de gente que subía eran turistas, sobretodo japoneses e hindúes, no iban a esquiar, sólo a contemplar las vistas!!!
Estábamos en una estación de esquí y los raros parecíamos nosotros.
Una curiosidad de este teleférico es que es cilíndrico y durante su trayecto hace una rotación de 360º para que no nos perdamos detalle de las maravillosas vistas que tenemos desde allí.
Un dato que deberíais saber es que al llegar arriba, es muy aconsejable subir por el ascensor para salir al aire libre, ya que nosotros pecamos de valientes y si quieres subir por las escaleras, te esperan nada más y nada menos que 5 plantas.
Cinco pisos cargados con las botas, mochilas y esquís al hombro a 3000m de altura no es muy agradable, así que eso solamente nos sucedió una vez, jajaja.
Las vistas desde lo alto del klein Titlis son embriagadoras, no me extraña que los turistas suban sólo para contemplar sus maravillosas vistas.
Otra cosa que no os podéis perder, es el puente colgante a 3000m, una pasarela de acero de unos 250 pasos de longitud no apta para personas con vértigo.
Después de varias monerías y hacer el turista llegaba la hora de la verdad y nos recordábamos: ¿A qué hemos venido? A hacer freeride!!!
Nos volvemos a poner los esquís y Jota la tabla y lo primero que vemos al empezar a descender es...
Toda la entrada del glaciar Steinberg está acordonada y con letreros de peligro de grietas. Es una zona fuera de las pistas balizadas de la estación y eso implica ciertos riesgos. Entramos en terreno "peligroso", pero hay muchísima nieve y en principio el riesgo está medio controlado, así que cruzamos la cuerda y para abajo.
Aunque la foto no hace justicia, vemos todo el descenso del glaciar Steinberg, nada más y nada menos que 1200m de desnivel de una sola tacada por terreno fuera de pistas.
Hectáreas y más hectáreas de posibles líneas.
Realmente habíamos llegado al valhalla, era como estar en un sueño.
¿Habéis podido descender alguna vez tantos metros de una sola vez por powder y polvo compactado?
Creo que las palabras se quedan muy cortas para poder describir una sensación igual.
Nuestras caras de felicidad indican el grado de placer que estábamos experimentando.
Como os podéis imaginar los descensos se fueron repitiendo por uno y otro lado, el campo de juego es realmente gigante.
Es realmente un espectáculo para los sentidos estar esquiando entre estos grandes bloques de hielo. En cada giro te quedas sin aliento.
La jornada fue tan intensa que no nos quedó más remedio que planificar una cena para reponer fuerzas.
Risas, bebidas hidratantes ricas en cereales y a dormir.
Suena el despertador y otra vez la misma rutina para estar en pistas sobre las 9.30h de la mañana.
El tercer día ya no calentamos y subimos directamente al glaciar. Estamos cansados pero con muchas ganas.
Cómo veis, los ánimos estaban por las nubes, jajaja.
Esa jornada la dedicamos a hacer algunas rondas por la zona alta del glaciar, al otro lado del Steinberg, dónde encontramos la pista número 1 y algún fuera pistas más.
Después de muchos metros de desnivel glaciar arriba y abajo, decidimos que ya había sido suficiente, y empezamos a descender hasta el pueblo. Aunque en esa bajada encontramos algunos elementos para seguir jugando...
No pude resistirme a hacer realidad uno de mis sueños, jajajaja.
Y antes de llegar al pueblo, cada día teníamos esta maravillosa vista. Os puedo asegurar que el primer día que la ví, se quedó grabada en mi retina.
Es una pena que en las fotos tomadas por mi no se aprecie realmente la increíble belleza del lugar (Fernando, la deberías haber tomado tu).
Esa había sido la tercera jornada de esquí, y nos habíamos quedado sin hacer uno de los descensos míticos, el descenso de la zona Laub, pero dos días antes de llegar nosotros, por las redes sociales vimos este corte de avalancha y decidimos que lo mejor sería no acercarse allí.
Como estábamos ya sin piernas y al día siguiente volvíamos para casa, decidimos hacernos la foto de despedida...
El domingo por la mañana, antes de ir para el aeropuerto, hicimos una breve parada para admirar una de las ciudades más bonitas de Europa, Lucerna.
CONCLUSIONES Y CONSEJOS
¿Cómo llegar?
Lo mejor es vía avión hasta el aeropuerto de Zurich, y aunque llegas hasta el pueblo en tren, es recomendable alquilar coche o furgoneta dependiendo de las horas de llegada y dónde estemos alojados.
Pueblo
Localidad muy bonita en la que dispones de todos los servicios, tiendas, supermercados, bares, restaurantes. Si te gusta el ambiente, no puedes perderte el apres-ski en el Ski-Lodge.
¿Para quién es la estación?
Engelberg no es apta para principiantes o intermedios. Hay muy pocas pistas fáciles y están todas en la parte baja de la estación.
Si os gusta pistear tampoco es vuestra estación. Las pistas rojas y negras son muy divertidas y con cambios de rasante espectaculares, pero si tienes que estar varios días, mejor busca un destino con más kilómetros y variedad.
Es una estación para freeriders, allí vais a encontrar los descensos que harán las delicias de todos. Si quieres complicarte la vida encontrarás infinidad de líneas y si eres más conservad@r, también vas a tener para elegir.
¿Precios?
Estamos en Suiza, por tanto la vida allí no es económica, en pistas, una salchicha con patatas y una cerveza son unos 20€.
Las cervezas mejor comprarlas en el supermercado y tomarlas en casa, aunque una visita al Ski-Lodge es obligada.
El alojamiento lo puedes encontrar bastante económico, nosotros estuvimos en una casa la mar de bonita a muy buen precio.
A continuación os pongo el mapa de pistas indicando cuáles son las mejores zonas freeride.
- Zona de Laub:
Es la zona que nos faltó por conocer debido al riesgo de avalanchas. Muchos metros de desnivel y muchísima pendiente. No apto para inexpertos en fuera pistas.
- Glaciar Steinberg:
Un paraíso que empieza con muchísima pendiente para luego derivar en laderas para todos los gustos.
Estamos en zona glaciar, así que es mejor ir con guía para evitar grietas.
- Jochstock:
Otro paraíso. Si vas por la izquierda mirando el mapa, tienes infinidad de hectáreas y terminas en el mismo lugar que cuándo bajas del Glaciar.
Si vas por la derecha, tienes también infinidad de líneas distintas, aunque si andas un poco tendrás el paraíso a tus pies.
También decir que hay muchos lado pistas para quién no tenga los conocimientos necesarios.
Con estos datos quiero advertir también que todos los fuera pistas están fuera del dominio controlado por la estación, así que SIEMPRE tenéis que ir bien equipados con DVA, pala y sonda y saber usarlos, y es aconsejable también ir con mochilas con Airbag.
Cuándo salís de las zonas balizadas, estáis bajo vuestra responsabilidad, así que mucho cuidado y recordad que el mejor freerider es el que vuelve a casa sano y salvo.