Nuestro buen amigo y colaborador, el freesyler Andreu Moreno, acaba de regresar de Austria, y este es el diario de a bordo...su cuaderno de bitácora particular, que gustoso, comparte con nosotros y con todos los amigos y amigas de Nevasport.
Llegada a Stubaital
- "El viaje comenzó con gran emoción y expectativa. Junto a mi cámara, Nacho Trueba, el cual, el día antes de partir, vino en ave de Madrid a Barcelona cargado como una mula, con todo el equipo de grabación y de esquí. Empezamos el día viendo como salía y ponía el sol desde el coche. Conducimos quince horas hasta llegar a Stubaital. Desde el momento en que pisamos el Tirol, quedamos maravillados de la belleza de los Alpes austríacos. Los picos nevados y los impresionantes paisajes nos hicieron sentir como en un sueño. Al día siguiente nos dirigimos al glaciar de Stubai para dar vida a nuestro cortometraje, StubAir.
Entrenamiento y exploración del snowpark
La segunda semana de noviembre nos recibió con una fuerte nevada, lo que dificultó nuestras grabaciones. Sin embargo, eso no nos detuvo. Aprovechamos para disfrutar de la calidad de la nieve austríaca y explorar el snowpark de Stubai. Las malas condiciones desafiaban nuestra destreza. Ejecutar trucos cuando la visibilidad no es la adecuada, es complicado, porque es fácil desorientarse en el aire y cambiar los objetivos de la cámara, mientras está cayendo la gran nevada, es peligroso para no dañar el equipo de grabación. Pese al mal tiempo, no nos rendimos y aprovechamos el día hasta el cierre.
El tiempo no acompaña
Planificar todo el viaje, cuadrar los días justos y necesarios, preparar todo el equipaje, estructurar el proyecto, el largo viaje en coche… Y una vez estás allí, a punto para darlo todo y aprovechar al máximo esta oportunidad… el tiempo no acompaña. Sí, es lo que tiene este deporte, dependemos constantemente del tiempo. La previsión para esa semana empeoraba a medida que iban pasando los días, y es algo con lo que hay que aprender a lidiar. Es frustrante… Lo único que puedes hacer es esperar a que llegue “el día”.
El guion de nuestro cortometraje, trataba de imágenes volando por el cielo azul y de cielo azul, ¡nada! Pero ya estábamos allí y teníamos que aprovecharlo de la manera que fuese, así que subimos a lo alto de la estación para ver la tormenta de nieve y tomamos cuatro fotos. También recogimos algunos recursos visuales de paisajes en la parte baja. Por la tarde empezamos a seleccionar y editar algunos vídeos, a la vez que cargábamos la aplicación del tiempo constantemente para ver si llegaba “el día”.
Llego el viento
Nos levantamos temprano, miramos la webcam y previsión del tiempo, dice que se van las nubes, pero que llega el viento. Odio el viento, saltar mientras sopla el viento es horrible, da mucho miedo porque no puedes controlarlo ni prevenirlo, y además engaña, cuando el viento sopla por la espalda, la sensación que tienes es de poca velocidad porque vas al mismo ritmo que el aire, entonces sueles acelerar para no quedarte corto en el salto, pero una vez estas en el aire, te empuja, de modo que sin darte ni cuenta te has pasado la recepción, y del mismo modo puede pasar al revés, con el aire de frente. Las consecuencias de ambas pueden ser desastrosas.
Pero en ocasiones como esta, te das cuenta de que el viento se llevara las nubes y entonces, talvez llegue el día que estamos esperando para sacar la artillería pesada.
De modo que, subimos a la estación para ver si podemos saltar. Una vez ahí vemos como los shapers (encargados del snowpark) empiezan a preparar las rampas y al cabo de unos minutos abren y empezamos a saltar. Debido a la nevada del día anterior y aun con el trabajo de los shapers, el circuito estaba en mal estado y el viento no ayudaba, pude probar los saltos y ver como era la velocidad, pero la situación no acompañaba para ir a más y preferimos centrarnos en grabar los Rails (barandillas metálicas).
Llego el día
Después de una semana de mal tiempo, niebla, nieve y viento… Llego el último día. Nos levantamos temprano para desayunar fuerte, y preparar un bocadillo para comer al medio día. Subimos con el coche, mientras le hago un recital a Nacho de mis canciones favoritas para motivarme. Una vez arriba, somos de los primeros en llegar y Nacho aprovecha para grabar el paisaje, mientras tanto yo empiezo con el calentamiento. Hace viento, pero no tengo elección, es mi último día y no quiero irme con las manos vacías, soy el primero y el único que se decide a saltar, y no es que no haya gente ese día, qué va, en esas fechas Stubai es lo mejor que hay y se llena de todos los pros de todo el mundo, pero ellos ese día se lo toman con calma y la mayoría están gozando de la nieve virgen que ha estado nevando estos días. Nacho y yo sabemos que no nos queda otra y vamos con el cuchillo entre los dientes. Parece que todo va bien, me empiezan a salir algunos trucos y voy agarrando confianza, y es entonces cuando pasa lo que he contado antes sobre el viento, me empuja en el aire y me paso de largo, y patapam tortazo… Con la adrenalina me levanto y veo que estoy de una pieza y me encuentro bien, al remar siento alguna molestia en la cadera derecha, pero cuando esquío no me molesta, así que no le doy importancia y sigo apretando, el viento disminuye y los demás riders también empiezan a saltar, yo ya estoy a tope y aviso a nacho para que este atento y grabe todo. Fue una sesión increíble, pude sacar mis mejores trucos, Nacho lo grabo todo tal y como queríamos y poder saltar con los mejores del mundo y compartir el momento juntos fue inolvidable.
Cuando decidimos dar por terminado el día y sacarnos los esquís me doy cuenta de que realmente me duele mucho la cadera, hasta el punto en el que me cuesta andar. Una vez en casa, después de unos estiramientos y un poco de crema me siento mejor, pero sé que tendré que visitar el fisio la próxima semana.
El cierre de una gran experiencia
Nos desafiamos a nosotros mismos con trucos aún más impresionantes y terminamos las grabaciones con la satisfacción de haber dado lo mejor de nosotros. Mientras nos despedíamos del glaciar de Stubai, sentimos una mezcla de nostalgia y gratitud por haber vivido esta aventura inolvidable.
En resumen, la segunda semana de noviembre en el glaciar de Stubai fue una experiencia llena de emociones y desafíos. A pesar del mal tiempo, pudimos aprovechar al máximo el entrenamiento, las increíbles condiciones del snowpark y los alucinantes paisajes que ofrecen los Alpes austríacos. La calidad de la nieve austríaca nos fascinó y nos dejó impresionados. En definitiva, Stubai y el cortometraje StubAir quedaron grabados en nuestra memoria como una experiencia inolvidable, llena de pasión por el esquí y el arte de grabar".
