Tenía el video preparado para antes de fin de año, pero debido al enorme éxito que está obteniendo la inauguración del nuevo Eiger-Express en la Jungfrauregion, con su espectacular cabina VIP, me ha parecido lógico publicarlo hoy. Aprovechando que hace justo diez años iniciamos la elaboración con Ed. Desnivel de la que sería la primera y única guía que existe en lengua castellana sobre turismo de montaña, trekkings, ascensiones asequibles, gastronomía y esquí en todo el área de influencia de la Jungfgrau Region. El video, editado por mi compañera de aventuras Jekaterina Nikitina, recoje las mejores escenas rodadas en la región, con el Eiger, el Monch y el Eiger como compañeros de reparto. Pónganse cómodos, conecten su dispositivo a la TV y a disfrutar.
Desde los orígenes del cine, el Eiger y la región de la Jungfrau se han convertido, junto al Matterhorn, el Tirol y el Mont Blanc, en los grandes protagonistas de muchas películas de montaña. Si realizamos un viaje en el tiempo, observaremos que los primeros documentos que reflejan filmaciones a los pies del Eiger y la Jungfrau están fechados en 1903, dos años después del rodaje del primer film de montaña de la historia del cine. Por aquel entonces la Warwick Trading Company (Reino Unido) presentó Panorama of Grindelwald, un corto-documental del cual no se conservan más detalles.
En 1911, un equipo italiano filmó otro documental titulado Grindelwald, y en 1912 los ingleses volvieron a la carga con From Lauterbrunnen to Murren, Switzerland, de la Charles Urban Trading Company. El nacimiento del cine puso de manifiesto el interés de las principales productoras europeas por los Alpes, provocando una rápida reacción al otro lado del Atlántico. En 1914 Estados Unidos presentó From Interlaken to Brienz, mostrando al público el lago de Brienz, y el mismo año, la Edison Company estrenó el documental A Winter Holiday in the Bernerse Oberland, abriendo las puertas a producciones de mayor presupuesto y duración. El cine y la televisión aprovecharon al máximo el ferrocarril cremallera del Jungfraujoch para rodar documentales y programas de viajes realmente interesantes.
La British Pathé posee en sus archivos muchos metros de películas mudas filmadas en Wengen, a la sombra de la Jungfrau, tituladas Alpine Sports, que causaron sensación durante el boom del turismo de montaña a principios del siglo xx. El Schilthorn y Mürren recibieron su particular homenaje en 1969, cuando la productora Eon, responsable de los filmes del agente 007, se desplazó hasta la región de la Jungfrau para recrear en la cumbre del Schilthorn la base del malévolo Blofeld, mostrándole al espectador la belleza del valle de Lauterbrunnen, con el Eiger, el Mönch y la Jungfrau cubiertos de nieve.
En 1974, se estrenó la miniserie Eiger, dirigida por el alemán Dieter Wedel, y en 1975 el Eiger volvió a ser protagonista de una película de la mano de un actor/director que había sido escalador en su juventud: Clint Eastwood dirigió su adaptación de la novela de Trevanian Licencia para matar (The Eiger Sanction) y se colgó de un arnés en la Norte del Eiger para rodar las espectaculares escenas del final de la película. En 1983 Leo Dickinson estrenó la sensacional Eiger Solo, con la voz del recientemente fallecido Ian Holm (Bilbo Bolsón).
En 2007, se presentó en las salas Imax de todo el mundo el documental Los Alpes, gigantes de la naturaleza, donde se narra la aventura del alpinista John Harlin III rindiéndole homenaje a su padre en la cara Norte del Eiger. No hace mucho, la BBC 4 estrenó el telefilme histórico producido por Indus Films Eiger, Wall of Death, dedicado a la Norte del Eiger y a sus escaladores. De entre todas las películas filmadas en la región de la Jungfrau, hemos seleccionado tres títulos que por su importancia cultural, comercial e histórica creemos que merecen ser destacados:
On Her Majesty´s Secret Service (007 Al servicio secreto de su majestad), 1969
Curiosamente, este atípico film de la serie Bond está considerado por una buena parte de seguidores de la misma como un título de culto. Una de las razones estriba en que se trata de la primera película sobre el espía no protagonizada por Sean Connery, quien en aquellos años ya mostró cierta predisposición a abandonar el personaje, aunque lo recuperaría, dos años después y por penúltima vez, en Diamantes para la eternidad (Diamonds are Forever, 1971). En 007 Al servicio de su majestad, el desconocido actor y modelo australiano George Lazenby fue el escogido para sustituir a Connery; para muchos ésta fue una elección errónea, de hecho, y para confirmar las dudas al respecto, Lazenby sólo interpretó a 007 en esta ocasión, pues su carácter y su ego impidieron que los productores volvieran a confiar en él al 100%.
Siguiendo la tradición de las películas de 007, la cumbre del Schilthorn se convierte en el inhóspito lugar donde tiene establecida su guarida el villano de la función, un pérfido Blofeld, interpretado por Telly Savalas (cuatro años antes de inmortalizar a su televisivo Kojak). El guión de la película es sencillo y se centra en la necesidad de localizar y eliminar a Ernst Stavro Blofeld, miembro de la organización criminal Spectra. Para lograr tal objetivo, James Bond se alía con el mafioso líder sindical Marc Ange Draco. Tras prometerle su ayuda, Draco pide a Bond que se case con su hija, la condesa Tracy di Vicenzo (Diana Rigg). Si accede, Draco compensará a Bond. Blofeld pretende propagar un indeterminado número de virus por todo el planeta desde la cumbre del Schilthorn, contando para ello con la colaboración de un numeroso y atractivo ejército de bellas muchachas hipnotizadas.
En la región del Jungfrau se filmó la llegada de Bond a Lauterbrunnen, la subida en helicóptero al Piz Gloria, la escena en la que Bond intenta escapar del Schilthorn colgándose de los cables del teleférico en plena noche (escena que nos recuerda a El desafío de las águilas) y la trepidante escena final. En la novela original de Ian Fleming, la base del villano estaba ubicada en una montaña escarpada de los Alpes suizos accesible en helicóptero o mediante un teleférico cerca de St. Moritz, en la Engandina. En un principio se pensó ubicar dicha base en lo que antiguamente era la línea Maginot, pero, tras examinar diversas localizaciones, los productores Harry Saltzman y Albert R. Broccoli decidieron situar la base en lo alto del Shilthorn, en la Jungfrauregion. A cambio de conseguir los permisos necesarios para poder filmar escenas en la cumbre, los productores aceptaron construir una pista de aterrizaje para helicópteros, rediseñaron el interior del actual restaurante giratorio y crearon toda una serie de detalles arquitectónicos que hoy día todavía se conservan.
The Eiger Sanction (Licencia para matar), 1975
Entre 1974 y 1975, Clint Eastwood se puso delante y detrás de las cámaras para rodar Licencia para matar (The Eiger Sanction), basada en una novela de Trevanian. La historia nos presenta a Jonathan Hemlock, profesor de historia del arte, quien anteriormente llevaba una peligrosa doble vida como asesino a sueldo para una organización secreta internacional. Sin embargo, cuando sueña con retirarse junto a sus cuadros es chantajeado para llevar a cabo una última misión eliminando a dos enemigos. Por caprichos del destino, la segunda víctima forma parte de un equipo que intenta escalar la Norte del Eiger, obligando a Hemlock (antiguo escalador) a ponerse en forma para poder realizar su misión. La película ha pasado a la historia por su estilo rudo y elegante, mostrándonos escenas de escalada de gran belleza.
Eastwood se convierte en una mezcla de James Bond y Indiana Jones y cambia el ritmo acelerado de las cintas de espionaje por la espectacularidad de los grandes paisajes y la cara Norte del Eiger, donde rodó la parte final del filme. Dichas escenas no contienen ni un solo efecto especial y la mayoría fueron realizadas por el propio Eastwood, que vio cómo la Universal se ponía a rezar al pensar que su estrella podía salir herida en el rodaje de las mismas. De hecho, un miembro del equipo falleció aplastado por una roca el segundo día de filmación, algo de lo que fue testigo el director y que le impresionó fuertemente. La belleza de las escenas de escalada es innegable, Eastwood consigue planos preciosos, tanto en el Eiger como en las escenas en Monument Valley, escenario utilizado por John Ford en varios westerns, género al que Eastwood pertenece por derecho propio. Licencia para matar gana con el paso del tiempo, sobre todo por la sobriedad de su puesta en escena y por la magnífica fotografía alpina.
La excelente partitura de John Williams acompaña en todo momento a las imágenes, sin destacar en exceso, algo que se agradece en este tipo de películas. A nivel deportivo, en el rodaje Clint Eastwood y los alpinistas Dougal Haston y Martin Boysen, coincidieron en el Eiger con Reinhold Messner y Peter Habeler. Por las mismas fechas, ambos se encontraban escalando la Norte del Eiger.
North Face (Norwand), 2008
Dirigida por Philipp Stölzl, North Face recrea la historia de la fatídica ascensión a la Norte del Eiger protagonizada por dos soldados bávaros, Toni Kurz y Andreas Andi Hinterstoisser, y dos alpinistas austriacos, Edi Rainer y Willy Angerer, durante el verano de 1936. Los cuatro escaladores decidieron unir sus fuerzas el sábado 18 de julio y atacar la Norte del Eiger, con la intención de ser los primeros en lograrlo. Su pasión por la escalada parecía estar por encima de cualquier ideal político, pero la magnitud de la gesta merecía una cobertura a la altura de las circunstancias y muchos medios de comunicación se hicieron eco de la noticia, incluida la novia de Toni, Luise Fellner, periodista empleada en un periódico alemán. El ministro de propaganda nazi, Joseph Goebbels, no tardó en enterarse y decidió transformar el intento de los dos escaladores en un acto de apología de la raza aria en favor del Tercer Reich.
Pero no contaban con que el Eiger y su pared Norte no eran el plató mediático que los nazis esperaban y, tras una serie de catastróficas desdichas, el intento de escalada terminó en tragedia. La película nos muestra como Toni Kurz (el último de los cuatro escaladores en fallecer) resistió colgado de un anillo de cuerda, intentando sobrevivir mientras esperaba la llegada del equipo de rescate. Kurz, al límite de sus fuerzas, consiguió cortar y destrenzar una cuerda para posteriormente lanzársela a sus rescatadores, pero la cuerda resultó ser demasiado corta y los guías anudaron otra a ella. Toni al fin pudo iniciar el descenso, sentado en un anillo de cuerda que estaba enganchado a su cuerda con un mosquetón. Bajó hasta treinta y cinco metros, pero, de repente, el nudo que unía las cuerdas chocó con el mosquetón del asiento de descenso. Los guías le pidieron que intentase hacer pasar el nudo, lo animaron con desesperación, pidiéndole que hiciese un esfuerzo más que le permitiera superar el último obstáculo para seguir con vida. Kurz movió los labios con enorme esfuerzo, dijo «ya no puedo más» y murió a escasos metros de sus rescatadores.
Dos años más tarde, una nueva expedición logró con éxito la ascensión por la cara Norte. En tres días, dos cordadas aunadas –Anderl Heckmair-Ludwig Vörg y Fritz Kasparek-Heinrich Harrer– llegaron a la cima. Norwand se filmó en Dachstein, Graz y en la misma pared del Eiger. La estación de Kleine Scheidegg y un convoy de los años treinta del cremallera del Jüngfraujoch también aparecen en el filme. La película recibió críticas muy positivas y son muchos los expertos que comparan las escenas de acción con el realismo de Touching de Void, destacando el esfuerzo del equipo técnico a la hora de rodar escenas comprometidas en la Norte del Eiger. Un buen complemento para la película es el excelente documental La llamada del silencio (2007), donde se narra la historia de Toni Kurz mezclándola con las explicaciones de Joe Simpson. Aunque la película tiene el mismo título que el libro de Joe Simpson, no es exactamente equiparable pues nos dan a entender que han extraído de él la historia de Toni Kurtz.
