De la mano del pais transalpino, la propuesta para una nueva directiva europea, la EU/1.378/2026, está encima de la mesa de la unión europea para su estudio.
2026 equivale al teórico año que quieren que entre en vigor y mientras, se estudiará durante dos años en todas sus vertientes.
No es inususal encontrarse en las pistas de esquí italianas a policias con la misión de controlar a los esquiadores en varias facetas, una de ella es la de la velocidad.
Desde la posicion italiana y debido al alto costo de la litigiosidad generada por los accidentes en pista, se ha elevado el listón y quieren que se implanten sobre todo, límites de velocidad en sus pistas y en todas las de unión.
La limitación de la velocidad en pistas es algo en que los italianos ya están algo acostumbrados, pues en cualquier pista y en cualquier momento, se te puede acercar un policia de pistas e imponerte una sanción.
En españa tambien hay policia en las pistas, si bien su misión no es sancionadora, si no más bien informadora.
Esta misma temporada 23/24, en varias pistas italianas se han implantado unos sistemas de medición de velocidad parecidos a los que inundan nuestras carreteras, para ir comprobando a pie de pistas a los esquiadores que sobrepasen la velocidad permitida.
De todas formas, se advierte a los esquiadores con carteles indicativos del límite de velocidad permitido en esa pista donde estén implantadas dichas camaras.
Y este es el punto más controvertido, pues los esquiadores, salvo que estes mirando un reloj digital que le marque la velocidad, son incapaces de saber a cuantos kilimetros por hora están bajando.
En italia la polemica está servida, pero el gobierno italiano quiere a toda costa que esta regulación entre en funcionamiento en la temporada 2026/27, por lo menos en su pais y con potestad sancionadora.
Las estaciones en las que se ha implantado la prueba piloto son las siguientes:
Cortina d'Ampezzo, Passo Rolle, Champoluc, Alpi di Suisi, Madona di Campiglio y Assiago.
Por si acaso, evítalas si eres un friki de la velocidad.
¿Es el fin del esqui tal y como lo concemos?