Los dos freeriders estaban sentados en la cabina, sacándose el casco y quitándose el sudor de la bajada anterior. Hacía frío, pero el esfuerzo de tres bajadas con nieve virgen hasta las rodillas estaba dejándolos exhaustos pero felices.
En la misma cabina subían Pepe y Juan quienes los miraban con grandes ojos... Ellos estaban entrenando slalom gigante y sus vestimentas contrastaban muchísimo con las de los freeriders. Sus monos de colores, botas de 130 y palos curvos no tenían nada que ver con los anchisimos esquis de los frikis, sus arandelas en forma de gran copo de nieve y su vestimenta holgada...
Por el momento, el silencio inundaba la cabina, mientras los dos freeriders descansaban e iban retocando el material.... Pepe intentó conversar con Juan, pero no podía dejar de mirar a los dos chicos con envidia. Serían unos tres o cuatro años mayores que ellos, seguro que ya podían fumar y beber sin esconderse y tendrían coche. Ellos dos, vestidos de corredores, aún tenían que esperar un par de años para todo eso...
Los dos frikis estaban comentando cómo sería la siguiente bajada... Juan y Pepe los miraban embobados, escuchando cada detalle y muriendose de envidia por dentro.... Para la sorpresa de Pepe, Juan decidió romper el hielo.
-Oye, ¿por donde estáis esquiando? les preguntó
-Estamos en los fuera pistas detrás de la estación. Los que vuelven por detrás- le contestó uno.
-¿Y cómo está?
-Buah, está brutal. Estamos petando los tres couloirs y no hay nadie más... Vamos a ritmo y ahora vamos a repetir el primero.
Siguieron subiendo cada uno a lo suyo, en silencio y preparándose para la siguiente bajada. Un par de pilonas antes de llegar a la cima, Pepe se decidió por la máxima. Pasar de ir al slalom y unirse a los freeriders una bajada. Las excusas al entrenador ya las buscarían luego.
-Oye, ¿os importa si venimos los dos una bajada con vosotros? les preguntó
-Lo siento chicos, vosotros no podéis venir- contestó con una sonrisa uno de los freeriders.
Juan preguntó incrédulo -¿por qué lo dices? ¡Tenemos nivel!
-Por que vuestros esquís son demasiado largos y estrechos… -contestó él.
Los dos frikis salieron rápidamente de la cabina, se pusieron los esquís al hombro y en dos segundos estaban caminando hacia la cima mientras Juan y Pepe los miraban con envidia....
Sus tiempos en el slalom a partir de ese momento fueron los peores del día.
Dedicado a tod@s aquell@s chic@s que entrenan duramente y sin cesar con un objetivo muy complicado y algunas veces, difuso....
Si te ha gustado, aquí abajo está la segunda parte...