Candanchú cierra una de las peores temporadas de su historia
”Cualquier tiempo pasado fue mejor”. Con esta sensación, una temporada de esquí atípica y marcada por la falta de nieve echó ayer el cerrojazo en Candanchú. A estas alturas de abril, y con unas altas temperaturas primaverales, la estación que alargó la campaña hasta San Jorge recibió a un puñado de esquiadores que pudieron deslizarse por las partes más altas de las pistas de La Tuca y El Tobazo. Mientras, a pie de urbanización las protecciones y redes de los telesillas ya estaban recogidas y apenas sobrevivían al calor algunas manchas blancas.
A falta de hacer un balance final de resultados, el responsable de comunicación del centro invernal, Fernando Valero, cifra la pérdida de usuarios en un 45%, un descenso que ya reconocieron a finales de Semana Santa. "Antes de las jornadas festivas manejábamos una caída de clientes del 49%, y esos cuatro puntos de diferencia lo ganamos gracias a ese tramo final en el que se funcionó muy bien".
Fernando Valero señala que aunque las vacaciones de Pascua arrojaron una afluencia que en los días clave duplicó la del año pasado, "las comparaciones son engañosas, porque la temporada anterior Semana Santa se desarrolló en unas circunstancias muy diferentes y sin tanta gente".
Si nos ceñimos al calendario, Candanchú, que abrió sus puertas el 16 de diciembre, ha sumado una campaña invernal de 129 días, y de 122 para el esquí nórdico. Fernando Valero también hace una lectura positiva de los "esfuerzos" que se han realizado para cumplir con las competiciones, "hemos tenido que variar de fechas cuando ha sido necesario, y únicamente no se han disputado dos pruebas del FOJE (Festival Olímpico de la Juventud Europea) de fondo y biatlón".
Esfuerzo del personal
Asimismo subraya que "dentro de las limitaciones que hemos sufrido, los procesos de trabajo de las instalaciones han funcionado para intentar dar al aficionado el mejor servicio posible".
Las pérdidas también se han dejado sentir en el sector hotelero. El propietario del hotel Villa de Canfranc, Francisco Coduras, ubicado en la localidad canfranquesa, calcula que el volumen de negocio estos meses invernales ha caído casi a la mitad, y en las plantillas se ha dejado de contratar a entre un 30 y 35 por ciento de trabajadores. "La atención y el mantenimiento de un establecimiento requiere de un personal mínimo, independientemente de si hay una ocupación del 10 o del 80 por ciento, pero sí que se ha contratado a menos gente de temporada que otros años".
Echando la vista atrás, hay que remontarse a 1990 para encontrar "una campaña tan negativa". "Ha sido la peor de la última década. En la de 1990 la mala racha se concentró entre mitades de enero y finales de febrero, pero durante las Navidades se trabajó bien, algo que no ha ocurrido este invierno", indica Coduras.
A la espera del turismo estival
Los datos aportados por algunos hoteles reflejan esta sensación. Así, por ejemplo, el Hotel Tobazo, a pie de pistas en Candanchú, registró en diciembre y enero una ocupación inferior al año pasado en un 6 y 15 por ciento, respectivamente.
Febrero arrojó un dato positivo, con un aumento de un 12 por ciento motivado en buena parte por la presencia de equipos que acudieron al Festival Olímpico de la Juventud Europea. Para muchos alojamientos ha llegado la época de las vacaciones a la espera del turismo de verano.
El descenso global de esquiadores en las siete estaciones aragonesas rondará el 25%, aunque por el momento no hay un balance definitivo. Astún, al igual que Candachú, se lleva la peor parte con un descenso del 40% de esquiadores. Mientras tanto, los complejos del grupo Aramón consiguieron salvar los muebles, y recibieron un 14% menos de usuarios.
Fuente: Heraldo