6-1-2011 Jornada de trabajo intensiva. No me marcho hasta que esté todo listo

6-1-2011 Jornada de trabajo intensiva. No me marcho hasta que esté todo listo
Mi reloj biológico me ha despertado pasadas las siete y media de la mañana, cuando casi todos dormían aún. La puntualización del casi se debe a que mi vecino de la litera de al lado no ha aparecido, pues la cama está igual que cuando me fui a dormir.
Mi reloj biológico me ha despertado pasadas las siete y media de la mañana, cuando casi todos dormían aún. La puntualización del casi se debe a que mi vecino de la litera de al lado no ha aparecido, pues la cama está igual que cuando me fui a dormir.

Me he cogido el ordenador y los utensilios de trabajo y me he bajado al comedor, donde hoy tenía wi-fi.

Empiezo a escribir. Baja el chico de recepción a preparar el desayuno para una huésped y me dice si quiero un vaso de leche, café ... Me acabo tomando primero un vaso de leche fría con cacao y después, al cabo de un rato, un vaso de café con leche, bien caliente.

Subo un momento arriba a tomar algo sólido para desayunar y me preparo un bocadillo como el mismo que me hice para cenar, esta vez con el pan tostado.
Se coge una barra de pan, se corta el trozo que se tenga pensado comerse y se abre por la mitad, como para hacer un bocadillo. Se coge una tarrina de queso para untar y se extiende una capa generosa que cubra toda la miga. De un bote de pimientos, se ponen tantas tiras de pimiento como se desee. Se abre una lata de anchoas y se reparten a discreción por encima los pimientos. Se puede tapar con la mitad del pan que nos sobra o podemos repetir la operación.

Veo que no acabaré el trabajo ni de coña esta mañana y voy a recepción. Le pregunto a Teresa si me puedo quedar en la habitación para escribir y me dice que no hay ningún problema, que ellos esta noche cierran a las 11, que si quisiera pasar la noche debería ir a otro edificio, donde tendría una habitación para mí solo.
Yo sólo necesito un despacho donde poder escribir y enviar por Internet los trabajos y mi intención es acabar temprano, ducharme y ponerme a hacer dedo en una de las salidas de la ciudad, que está relativamente cerca del hostal. Recojo las cosas de encima de la cama para que la puedan hacer y vuelvo a la carga.

En algún momento ha llegado el vecino brasileño, que se ha duchado y se ha acostado. Y en algún momento ha recogido las cosas y se ha marchado.

Hacia las cinco me he hecho un poco de comida. Chistorra hecha al micro con lentejas de pote y pimientos. Comestible.

A las siete acabo de actualizar todo el trabajo que tenía atrasado. Me ducho y me preparo la mochila mientras busco lugares donde poderme alojar para las etapas madrileñas.

Fuera está lloviendo. No es una buena idea ponerse a hacer dedo. Me miro la cuenta corriente. Me he gastado más presupuesto del que tenía fijado. Tomo la decisión de pasar la noche en la habitación.

Sigo mirando cosas de la red hasta que llega la hora de abandonar el hostal para ir al piso donde tienen las habitaciones, a unos 50 metros.

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