Vamos con la segunda parte, entonces:
Acá cumplimos con una promesa que le hiciéramos a Borja, un simpático niño español, ahora radicado con su familia en la Argentina, que estaba de paseo por Las Leñas con su padre, y su tío y primos españoles también.
La promesa a Borja fue publicar su foto y la de su familia en nevasport. Cuando a sus parientes mayores le contamos que escribíamos para este medio, abrieron grandes sus ojos y dijeron "ah, nevasport, la mejor".
Ni bien nos comunicaron que Marte estaba abierta, dejamos el sector norte del centro de esquí y nos dirijimos a tomar la conexión de medios que nos depositaría a 1240 metros de la base, "en medio del cielo".
Ya casi llegando a la base, vemos abajo a la derecha la siempre congestionada (en ese momento no tanto) Venus, primera etapa de los largos 35 minutos de remontes que nos esperaban.
Pocas veces hemos visto tanta actividad en el sector de los "pekes", donde se observa la única alfombra que posee el cerro.
Y otra vez Cenidor, esa fantástica ladera que ya te contáramos, suele ser el bautismo de fuego de los fuerapistas para muchos. Las trazas denotan lo popular de esta bajada.
Ya sobre la telesilla Neptuno (segundo remonte a abordar), vemos la muy buena pista Neptuno II, casi desierta
A medida que avanzábamos las sombras matinales hacían intuir condiciones difíciles en la pista (luego las confirmaríamos). De a poco, las famosas gargantas de Marte se mostraban ante nuestros ojos.
por fin, listos para abordar la leyenda.
A 3400 msnm veíamos allá abajo y a lo lejos la ruta de acceso a Las Leñas.
Todavía nos quedaba una sorpresa no demasiado agradable: Inmediátamente a la salida de Marte, es usual girar a la izquierda y tomar la pista Júpiter, una roja bastante apetecible que aunque acorta el recorrido, es más atractiva para aquellos esquiadores más exigentes. El cartel de "Pista Cerrada" nos obligó a desplazarnos unos metros y esperar para abordar el teleskí Eros, que lleva a la cota máxima de la estación, a 3430 msnm. Estos 30 metros de ascenso adicional permiten tomar la pista Apolo y con ello realizar uno de los recorridos más largos de que se tengan posibilidades en la Argentina: más de 7 kilómetros. Pero una cola de espera a 3400 metros de altura, con el viento golpeando, no es una experiencia muy recomendable.
Al fondo, el cerro Entre Ríos.
El inicio de Apolo, con la nieve en fantástico estado, una verdadera delicia.
A la distancia, por arriba, el recorrido azul de Apolo, más largo, y por abajo su corta variante roja.
Ya casi empalmando con la parte superior de las pistas Neptuno, vemos la última parte de Apolo. En la imágen de abajo, abajo a la izquierda, ya se adivina la base.
Lo demás, historias ya contadas. La base, las piernas que dicen basta aunque la cabeza pida una más. La marcha cansada pero con gusto hasta el bus, y casi 6 horas de viaje de regreso a casa. Pero siempre, siempre pensando en la próxima.