Para los esquiadores de la ciudad de Mendoza y gran Mendoza, así como para quienes quieran visistar Las Leñas desde el Norte del país, desde hace pocos días hay un aliciente adicional: el viaje dura una hora menos. Por fin se inauguró la nueva traza de la tradicional ruta 40, en el tramo que une la localidad de Pareditas con cercanías (a 10 km) de El Sosneado. Ochenta kilómetros menos y mejores condiciones de transitabilidad hacen que el ahorro de tiempo sea ese: una hora. Viaje total (desde Mendoza), tres horas y media, sin exceder los límites máximos de velocidad. Esto, pero por sobre todo lo bueno que sabíamos nos esperaba a nuestra llegada hizo que una vez más, visitáramos Las Leñas y lo compartamos con nuestros lectores/amigos fans de la nieve.
El valle malargüino nos recibió con la excelente calidad en el tratamiento de pistas a las que nos tiene acostumbrados. El trabajo que se realiza tanto durante la temporada como antes de ella permite que, aunque la cantidad de nieve no sea la que suele recibir, las condiciones para la práctica del esquí y el snowboard sean las esperadas.
Recién puestos en funcionamiento los medios de elevación, no había que hacer filas para comprar tickets o hacer las primeras subidas. Incluso los paradores auguraban una mañana tranquila.
Ya en las pistas que parten de la base, para principiantes, los telesquíes Eros y la telesilla Venus, podíamos observar que el trabajo de fabricación de nieve había sido arduo y efectivo.
Las fantásticas pistas Vulcano y Vulcanito estaban en condiciones inmejorables, demostrando por qué son unas de las preferidas de esquiadores y snowboarders. Apenas algunos pequeños sectores con nieve dura, la invitación al carveo se hacía irresistible.
Cercano a mediodía visitamos "la joya" de la estación, el amplio sector al que se accede ascendiendo por la famosa telesilla "Marte" y el telesquí "Iris".
Las muy extensas pistas Apolo y Júpiter tenían nieve de calidad óptima. Sin dudas la altitud hace que las bajas temperaturas mantengan el manto níveo en estado "polvo compactado". El viento suele golpear duro a estas cotas, aunque no fue el caso el día de nuestra visita.
No había gran cantidad de gente en el sector, por lo que se pudo disfrutar de las bajadas con total libertad de movimientos.
Como la jornada de esquí fue intensa, decidimos cortar un poco antes de que cerraran los medios de elevación. Aprovechamos para "colarnos" en el patio de pisanieves, donde queríamos ver la última adquisición de la empresa para uno de sus productos más exclusivos (y deseados), las "Extreme Expeditions": Y claro, arriba del vehículo adecuado, hay 17.000 hectáreas para elegir dónde dejar la firma de nuestros esquíes. Montada sobre una máquina ya propiedad de la empresa, esta moderna y cómoda cabina para doce pasajeros fue fabricada por una empresa argentina, al 25% del valor que cuesta adquirirla en Europa.
Después de las experiencias vividas, de una última bajada épica de más de siete kilómentros, tocaba volver a nuestro departamento de la mejor de las formas: con una amplia sonrisa en nuestros rostros.