En el capítulo anterior vimos los dos tipos de trabajos que se pueden realizar en la suela para reparar pequeños -y no tan pequeños- desperfectos: la aplicación del conocido cófix y la del parche de suela, esto último más complicado de realizar.
En esta ocasión vamos a adentrarnos en las máquinas que podemos encontrar en los talleres de reparación. En mi opinión, por muy sofisticadas que lleguen a ser estas máquinas, no dejan de ser herramientas. Esto quiere decir que, para que funcionen debidamente, tienen que estar bien ajustadas y en perfectas condiciones de uso. Y por supuesto, que el técnico que las maneje sepa lo que hace. Si no es así, poco provecho se les podrá sacar...
El punto de partida de todas estas máquinas es que trabajan en refrigeración, con una mezcla de agua y un tipo de aceite o “taladrina”, que evita la oxidación y el exceso de calor que se produce cuando los esquís están siendo trabajados.
Máquina de banda de lija
Es una máquina muy versátil, que por su precio y polivalencia podemos encontrar en la mayoría de talleres. Su funcionamiento es bastante sencillo: consiste en una cinta abrasiva que gira a determinadas revoluciones por minuto, mientras el esquí pasa (de manera manual o automática) sobre ella.
Los parámetros de trabajo son a) las revoluciones de giro de la banda, b) la velocidad de paso del esquí c) la presión del esquí sobre la lija y d) su granulometría, con diferentes bandas para diferentes fases de trabajo. La velocidad de paso se puede controlar de manera electrónica, mecánica o manual, según la máquina. Presiones elevadas, altas revoluciones y paso lento producen un mayor desbaste de suela y canto.
La banda de lija se compone de una base textil sobre la que está encolado el mineral abrasivo. Hay diferentes bandas, según el tipo de mineral utilizado, su granulometría y las resinas de encolado utilizadas.
Principalmente, esta máquina se utiliza para el desbaste del material sobrante después de aplicar el cófix, para el pulido de la suela y, en algunos casos, también para el encerado. Para cada función se utiliza una banda diferente (el cambio de una a otra es sencillo).
Antes de aplicar el cófix se puede pasar el esquí por esta máquina, para dejar al descuierto las zonas que realmente necesitan ser reparadas y mejorar su adherencia a la suela.
También podríamos utilizarla para realizar el tuning de los cantos -aunque no está diseñada para ello-, consecuencia de las propias características de la máquina. La razón es que la fuerza centrífuga producida por las revoluciones de giro deforma ligeramente el rodillo sobre el que gira la banda (tiene goma en su composición), provocando que “suba” a la altura de los laterales del esquí y produciendo un cierto tuning sobre los cantos. Alta presión del esquí sobre la banda y muchas revoluciones aumentan ese efecto, pero realmente no sabemos cuánto grado de tuning estamos haciendo al esquí...
Por este mismo motivo, la banda de lija no sirve para rectificar la suela. Una base que esté convexa o cóncava seguirá así después de haber pasado por esta máquina.
Tampoco sirve para dibujar una estructura en la suela, ya que los granos de mineral están dispuestos de forma irregular en la banda, sin ningún patrón geométrico. Algunos tipos de lijas pueden simular una estructura, pero sin posibilidad de modificar sus parámetros.
Hay que destacar algunos inconvenientes con este tipo de máquinas, consecuencia de un mal trabajo. Por un lado, es relativamente fácil quemar la superficie del canto y la suela si se aplica un exceso de presión o revoluciones de giro. Por otra parte, la lija arranca el material de la suela en vez de cortarlo, generando un micropelo (como si tuviese "barba"). La suela adquiere entonces un color grisáceo mate, el deslizamiento empeora por la fricción que produce ese “pelo” y la cera que aplicamos se queda en la superficie de la suela. Todo ello penaliza el deslizamiento del esquí.
Máquina de piedra rectificadora
Esta tecnología, presente en las máquinas más sofisticadas y de última generación, la implementó hace más de medio siglo (en la decada de los '60) un fabricante suizo, pionero en los trabajos de rectificado y estructurado de la suela.
Todas la máquinas de este tipo, sin excepción, tienen en común dos elementos: un cilindro de mineral que llamamos “piedra” y una herramienta que trabaja sobre ésta, conocida como “diamante”. Independientemente de que la gestión de sus parámetros de trabajo sea electrónica o mecánica.
Como hemos mencionado, con estas máquinas se realiza el rectificado de la suela, se dibuja la estructura y, en algunos casos, también se elimina el material sobrante de las reparaciones.
La piedra está compuesta por granos de mineral y un elemento de encolado, formando un cilindro hueco que se instala en un núcleo metálico. Al igual que con la banda de lija, existen diferentes tipos de mineral, granulometría y encolado. En el núcleo irá insertado en el eje sobre el que gira la piedra y dispone de pequeños contrapesos de equilibrado para que no se produzcan vibraciones, ya que puede llegar a girar a 12.000 rpm.
El diamante es la joya de esta máquina -nunca mejor dicho-. Son diamantes (naturales o artificiales) engastados en un soporte metálico, que puede tener diferentes formas. El número de diamantes y su disposición también varía.
El diamante rectifica y dibuja la estructura sobre la piedra, que después rectificará (valga la redundancia) la suela del esquí y le trasladará también el dibujo de la estructura. Más adelante damos detalles de esta operación.
En cuanto a los parámetros de trabajo, la cosa se complica. Aquí es donde interviene el especialista, para obtener el máximo rendimiento de la máquina y el mejor resultado sobre el esquí.
El trabajo se realiza en dos fases: primero hay que preparar la piedra y después trabajar sobre el esquí.
En primer lugar, con el diamante hay que "dibujar" en la piedra la estructura que posteriormente trasladaremos a la suela del esquí. Los parámetros para este rectificado y diseño de la estructura son los siguientes:
- Velocidad (rpm) de giro de la piedra (ej: de 300 a 12.000).
- Velocidad de paso del diamante sobre la piedra (ej: de 2 a 12).
- Profundidad de incidencia del diamante sobre la piedra (ej: de 1 a 3).
- Número de veces que el diamante pasa sobre la piedra (ej: de 1 a 4).
En cuanto a los parámetros con los que, una vez preparada, la piedra trabajará sobre el esquí son:
- Velocidad (rpm) de giro de la piedra (ej: de 300 a 12.000).
- Velocidad de paso del esquí sobre la piedra (ej: de 6 a 20).
- Presión del esquí sobre la piedra (ej: de 4 a 14).
Es facil deducir que, con tantas variables, ¡las combinaciones son poco menos que infinitas!
Rectificado de la base del esquí
Todos, absolutamente todos los esquís se deforman por el uso, debido al diseño de su construcción, los materiales… En el caso de las tablas de snowboard, debido a su anchura, las deformaciones todavía son más evidentes, hasta el punto que es casi imposible rectificarlas porque la desviación es mayor que el grosor de la suela y nos la “comeríamos” toda antes de conseguir el rectificado.
La planeidad de la suela se comprueba con la True Bar, una barra de acero rectificado, y una linterna; apoyando la barra sobre la suela veremos si pasa la luz e incluso podríamos medir la deformación.
Los tipos de deformación más comunes son convexidad y concavidad.
Una base cóncava propicia el encarrilamiento del esquí, dificultando muchísimo la maniobrabilidad y el derrapaje. Además de incrementar la fricción de los cantos sobre la nieve, ya que siempre están en contacto con ella.
Una base convexa incrementa la inestabilidad (sobre todo a alta velocidad), dificulta la toma de cantos y en consecuencia reduce el agarre en nieve dura.
Es muy importante que la base del esquí esté plana. Por lo comentado en cuanto a su respuesta sobre la nieve, pero también por la calidad y precisión cuando trabajamos sobre ellos. Las herramientas que utilizamos se apoyan en la suela, por ejemplo las escuadras para trabajar el lateral del canto. Si la suela no está plana, ¿qué ángulo le estamos dando al canto?
El rectificado se consigue mediante sucesivas pasadas del esquí sobre la piedra (dependiendo del grado de deformación que tenga ). En las máquinas robóticas, el paso se hace tanto de espátula a cola como a la inversa, para conseguir también un perfecto pulido de la suela. Algo asi como afeitarse a “contrapelo”, para obtener un mejor apurado.
Estructurado de la suela
La “estructura” es un dibujo marcado en la suela del esquí, formado por pequeños surcos longitudinales de tamaño y profundidad variables, dispuestos uno al lado de otro formando diagonales u otras formas, en diferentes ángulos y separación.
Como hemos comentado, la estructura se "talla" primero en la piedra rectificadora, con el diamante, para imprimirla después en la suela.
A diferencia del rectificado, esta operación se hace con una sola pasada del esquí sobre la piedra y de espátula a cola.
En la actualidad, la estructura se ha convertido en un recurso imprescindible, sobre todo en alta competición; por este motivo, este tipo de máquinas ha alcanzado un desarrollo tecnológico altísimo.
Para hablar de estructuras debemos tener en cuenta infinidad de parámetros, que trataremos de manera monográfica en próximos artículos.
A modo de anticipo, indicar que la función del estructurado NO ES EVACUAR EL AGUA que se produce por la fricción entre la suela y la nieve, más bien todo lo contrario.
Aquí seguimos, a vuestra disposición para intentar aclarar cualquier duda que tengáis sobre lo que os explicamos.
¡Nos vemos en el skiroom!