Una de las características que para mi diferencian un esquiador de nivel medio de uno de nivel alto no es solamente la capacidad de ejecutar los movimientos correctos sino la capacidad de hacerlo de manera fluida y progresiva. Esta habilidad cobra especial relevancia ahora que llega el final de temporada, cuando pasadas las 11 de la mañana la nieve se transforma.
La nieve primavera transformada se vuelve más ‘blanda’, pierde consistencia y por tanto reacciona diferente a la nieve dura cuando ejercemos presión sobre ella. Si ejercemos una presión demasiado fuerte o brusca, los esquís se hunden bajo nuestros pies y tenemos la impresión de quedarnos ‘trabados’, ‘enganchados’ a mitad de curva… Por esta razón intentar esquiar de manera más progresiva y fluida puede ser un ‘quick win' en este tipo de nieve, vamos a hablar de ello!
Muchos esquiadores de nivel medio, si bien hacen los movimientos correctos y parten de posiciones bastante buenas, no consiguen tener una ‘esquiada’ fluida y gradual ya que, o se mueven de manera brusca o sencillamente permanecen demasiado estáticos sobre los esquís. Esto hace que no sean capaces de explotar al máximo el potencial de su nivel técnico.
En anteriores artículos he hablado de como el esquí es un deporte en el que interviene prácticamente todo el cuerpo y de como todo lo que hacemos sobre los esquís influye en el comportamiento y reacción de éstos. Entonces, si no nos movemos o lo hacemos de modo ‘brusco’, la respuesta que obtendremos de nuestros esquís será consecuente y nuestra ‘esquiada’, aunque quizá será eficaz, no será eficiente: nos cansaremos más de lo necesario y probablemente no conseguiremos controlar el radio de giro y las reacciones de los esquís.
Debemos entender que en el esquí el ‘timing’ es importantísimo, debemos aprender a dosificar nuestros movimientos de manera que la intensidad de la presión que ejercemos sobre los esquís durante toda la curva aumente y disminuya de manera continua y progresiva. Haciendo esto podremos repartir las fuerzas en las diferentes fases de la curva de manera correcta y obtendremos el máximo rendimiento del esfuerzo invertido y los movimientos ejecutados.
Existen muchas fórmulas que pueden servirnos para mejorar este aspecto de nuestro esquí, seguramente la ideal sería tomar clases con un profesional y pedirle que trabajemos esto, pero si por una o otra razón no podemos, hay varios ejercicios que os pueden ayudar:
- podemos repetirnos un ritmo que nos lleve a dosificar los movimientos durante la curva
- podemos usar música que nos ayude a movernos al son de esta
- podemos esquiar por parejas en 'sombra'
- podemos trabajar por parejas buscando que sea otro, desde el final de la pista, el que nos marque cuando empezar y cuando acabar los movimientos para cada curva…
Si queremos ser buenos esquiadores debemos aprender que no es suficiente solamente con hacer los movimientos correctos sino que el ‘timing’, coordinación y gradualidad de éstos también debe ser el correcto. Debemos buscar que nuestro esquí sea continuo, que sea ’fácil’, que sea fluido.
Para ilustrar esto os dejaré con un vídeo montado en base a una grabación de marzo de la temporada pasada. Se trata de una bajada en una pista relativamente fácil haciendo curvas de radio medio-corto. Aunque no es nada del otro mundo, creo que demuestra bastante bien una ‘esquiada’ fluida con movimientos continuos y presiones bien dosificadas sobre nieve primavera transformada.
Espero que os guste.
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Sam Suarez,
Técnico deportivo superior