Sobre la hora programada, llegamos al alojamiento en Peyresourde. Un apartamento espacioso (anunciado como para hasta siete personas, pero a la francesa) y a un paso de la navette que sube a pistas. Por las noches se veía trabajar a las pisapistas.
Primera mañana de esquí y, puntuales, nos plantamos en la base. Era, según las previsiones, el día para disfrutar a tope en espera de las próximas nevadas. Muy poca gente en general.
En pistas, muchas veces daba la sensación de que teníamos toda la estación para nosotros.
Nos encontramos (mejor dicho, nos encontró él gracias a las pegatinas de Nevasport) con el forero El Cilurnigo y su amigo Alejandro, con quienes compartimos varias bajadas y la comida del día en pistas.
Por la tarde, las pistas sí que se saturaron! Bajaban unas diez personas además de nosotros!
Nos encontramos con Edu de 110% Ski y, en las últimas bajadas del día, con Rafaski y su grupo itinerante que venían de Baqueira y se iban para Piau. Cuando el sol desaparecía tras las montañas fue momento de recoger.
Luego del aperitivo gentileza de Asturacing, nos encontramos con Edu y nos fuimos a cenar (más detalles en la sección gastro-esquí al final del artículo)
El siguiente día, con nevadas y mala visibilidad, no dió para muchas fotos. Hicimos unas bajadas con Edu y nos captó en plena batalla contra los elementos
Medio mareados por el "esquí por sensaciones", el día de esquí duró poco y nos fuimos a comer a la base.
Por la tarde, visitamos el pueblo de Loudenvielle que, con la niebla, parecía de peli de terror Eso no nos impidió volver con un licorcillo del que dimos cuenta luego de volver del paseo por la base de la estación.
El último día, la base ya se veía más animada, algo normal al ser fin de semana.
El día empezaba con frío y muchas nubes, incluso se veía el famoso halo solar que se produce por el reflejo del sol en los cristales de nieve en suspensión.
Afortunadamente, al transcurrir la mañana las nubes se dispersaron dejando solo sol. Hubo también sesión de fotos!
Al final de la tarde, volvieron las nubes y fue momento de decir adiós al esquí hasta la próxima esquiada.
La tarde-noche la empleamos para visitar el pueblo de Luchon y, claro, para comprar alguna bebida espirituosa local
Pierre le agradeció a la que cuidaba el chiringuito por los productos recibidos!
Una última visita a la base, y a saborear la bebida y la "madalenita"
Volviendo por el Monrepós en dirección contraria a los que regresaban de Formigal, es momento de decirle adiós a este magnífico Puente. Hasta la próxima!
Y, para finalizar, un recopilatorio de las mejores sesiones de gastro esquí!!