13 mayo 2014
Parece que fue ayer, pero han pasado ya 8 meses desde el inicio de las aventuras de Caperucita en el Tirol.
En octubre de 2013 empezó a hacer uso de su forfait de temporada (Snow Card Tirol) en las pistas de Stubai, y hoy decidió pasar los últimos días de validez del pase visitando nuevamente las pistas de éste glaciar.
En total se habrá pasado unos 50 días de esquí en el Tirol, pero ésto no es importante, no es más que un insignificante dato numérico:
Posando en la base de la estación. Hoy ha querido empezar haciendo Telemark.
Caperucita pasa indemne el sistema de control de identidad ubicado en la entrada del telecabina, su curriculum está inmaculado;
no se puede decir lo mismo del Lobo, en el monitor se refleja una larga lista de antecedentes que llama la atención de los remonteros de guardia Nunca se ha visto un chaval tan joven con tanta experiencia acumulada y tanta sabiduría, pero sobretodo modestia.
Calentando y tratando de asimilar todos los consejos recibidos de los gurús en el foro Telemark.
La nieve inmaculada de las pistas es suavemente acariciada por Caperucita, ¡¡¡¡cómo esquía!!!!
Triste destino, sin embargo, el suyo después de la bajada del Lobo, ¡a juzgar por los surcos parece que haya pasado un arado!
En los días precedentes se han dado débiles precipitaciones de carácter nevoso,
mas otras de mayor intensidad están previstas a partir de la fecha actual.
Pocos coches en el aparcamiento, incluso los autobuses provenientes de Innsbruck están prácticamente vacíos.
La estación está en manos de los pocos elegidos que proceden con gusto en el trabajo de trillamiento.
En toda la estación hay abierto sólo un hütte,
en la parte de fuera se da caña a lo último en après-ski.
Y claro, cuando se habla de après-ski ¡Caperucita no puede faltar!
Al Lobo le gustaría dar una cabezadita en la soleada terracita, pero no hay ni sol ni tumbona.
No os dejéis engañar por las fotos, la mayor parte del tiempo la visibilidad fue nula.
¡No se sabe cómo incluso en estas condiciones el Lobo se haya tostao como una gamba!
No habrán pasado más de 40 personas por la estación.
Considerando que había 7 remontes abiertos, resultó difícil encontrar cola en alguna silla o bajando por las pistas.
Caperucita, para gozar a tope el powder, decidió ponerse los esquís de alpino, después de unas cuantas bajadas por el polvazo se estaba ya pensando añadir un nuevo estatus a su caché: Trillina.
El Malvado Lobo sin embargo, continuó con los esquís de Telemark, pero es de índole tramposa y esquiaba con la postura de alpino.
Se confirmaron la más funestas previsiones de las condiciones del tiempo; desde mediodía en adelante, y en los sucesivos días, las nevadas fueron intensificándose gradualmente y la visibilidad haciéndose más reducida.
Nada de esto desanimó a Caperucita, es más... la estimuló a disfrutar con más ahínco de los últimos días de la temporada.
Las ingentes acumulaciones de nieve cubrían los carteles de señalización de las pistas, y ésto unido a la escasa visibilidad, hacía casi imposible seguir el camino correcto.
Por eso está justificado que [s]algunas[/s] innumerables veces Caperucita se encontrara enterrada en la nieve.
Mientras ella sigue con la medición del manto nevoso, el Lobo decide comprobar cómo van sus Stöckli en nieve fresca.
Que extraña sensación ponerse las botas y los esquís de alpino después de haber estado esquiando con los de Telemark....
Parece que los esquís pesen y no escurran sobre la nieve.
A lo mejor alguno tendría que recordar al Lobo que de vez en cuando hay que encerar los esquís, sino, es normal que se formen piedrotes de nieve en la suela.
Mediodía del 15 de mayo, Caperucita se ve obligada a dejar de esquiar, su ff ha caducado.
Debe abandonar el Tirol por más que se achuche a la bandera austriaca....
Un patético intento le siguió en la frontera, el policía mira al Lobo y parece preguntarle:
¿Cómo haces para aguantar a una tía tan pesada?