Como ya he dicho el día 5 dejo Bilbao sobre las 14:30 horas con una jarreada de cuidado, lluvia que se convertirá en granizo según me voy acercando a San Sebastián. Empiezo a mosquearme, se supone que por la tarde del miércoles iría abriendo. Sin embargo, una vez paso la frontera la cosa cambia, se conoce que en el País Vasco las nubes se habían quedado retenidas. Poco a poco el cielo empieza a abrir aunque aun está muy cubierto por los Pirineos.
Autopista A-64 del sur de Francia miércoles por la tarde
Tras dejar la autopista A-64 del sur de Francia (esta autopista es una maravilla, es como meter el coche en una cinta transportadora) me voy adentrando en el Pirineo y la cosa vuelve a cambiar, nieva bastante, con ganas, lo cual es genial siempre que pare a tiempo. Llego a los apartamentos de Vielha sobre las 19:00 horas y el pueblo tiene un palmo de nieve, y sigue nevando. Tras dar una vuelta y ver un poco el ambiente, que está de lo más tranquilo, me voy a dormir, mañana toca madrugar.
Después de un frugal desayuno salgo a coger el coche, la temperatura es de 5 grados negativos, aun algo nublado pero perfecto para la práctica de nuestro deporte, eso significa que arriba estaremos a 9 bajo cero en la cota 2.500. No hay viento, nada de nada, y el frio es seco. Así pinta Vielha pronto por la mañana del jueves.
Vielha jueves por la mañana a las 8.00 h
Como se puede apreciar, nieve no falta. Ha estado nevando algo por la noche, aunque la carretera está limpia. Recorro en 12 minutos el trayecto de Vielha al parking exterior de Baqueira 1.500. El parking subterráneo de Val de Ruda ya no es gratuito, aviso a navegantes. Todos los que nos habíamos acostumbrando a dejar el coche a cubierto podremos seguir haciéndolo, pero pasando por caja. Algún día se tenía que acabar el chollo. Esta vez me da igual, ya que el tiempo parece que mejora por momentos y para mi sorpresa, no hay mucha gente. Ya lo he podido apreciar en la subida desde el valle, no he encontrado la típica caravana de coches. Así estaba el parking a las 8:40 del jueves. Como veis el cielo quiere abrir.
Parking Baqueira cota 1.500
Me pongo las botas y voy al trenet; tengo unas ganas locas de inaugurar la temporada, la mayoría sabréis a que me refiero, es ansiedad en estado puro, todo lo hace uno deprisa y corriendo ansioso por descargar un poco de adrenalina. Y más sabiendo lo me espera arriba. Cojo el huevo y me dirijo directamente a la silla de Pla de Baqueira, el cielo arriba está completamente azul y las nubes quedan bajas y una temperatura de 7 grados negativos, perfecto y sin viento. Pero no todo va a ser tan idílico, pequeño problema: al haber estado nevando toda la noche las máquinas no han dado abasto para pisar todo por partida doble y me encuentro con que toda la estación es un inmenso fuera de pista. La calidad y cantidad de la nieve es excepcional, pero muy pesada para mis desentrenadas piernas, hubiera sido otra cosa si me coge en febrero. Pronto empiezan a formarse bañeras por todos lados, en sitios donde nunca las había habido y las pistas empiezan a convertirse en lugares verdaderamente incómodos, uno no sabe bien donde hacer el giro ya que está lleno de montoneras de nieve. Mucha gente no está acostumbrada a esquiar en nieve polvo por toda la estación y los piñazos que se ven son de órdago, eso sí, sin consecuencias debido a la cantidad de nieve acumulada. Tras unas bajadas por Baqueira me dirijo a Beret y esta la estampa que se ve desde la silla subiendo a Blanhiblar.
Baqueira 1.800 desde silla Blanhiblar
El día ha quedado totalmente azul pero se mantiene el frio, conservando la nieve una calidad óptima. La única pega es que como he dicho hay mucha nieve en pista que no ha podido ser pisada, lo cual, unido al viento que ha hecho los días precedentes, crea montoneras que en ocasiones te frenan en seco. La mayoría pensaréis que si las pista están tan mal siempre queda la opción del fuera pista; esta opción queda descartada por el riesgo evidente de avalanchas, por la mañana se podían escuchar las clásicas explosiones secas para provocar aludes controlados, sobre todo en la zona del Dossau y Blanhiblar. A pesar de estas pequeñas pegas de inicio de temporada el día está disfrutón como pocos, el cielo de un azul intenso y la calidad de la nieve hacen la delicia de los pocos que estamos allí. Y digo pocos porque era lo que realmente había, poca gente para ser el primer fin de semana de la temporada con toda la estación abierta y con un tiempo fantástico.
Entrada silla Blanhiblar en Beret
La imagen de arriba se corresponde a la silla de Blanhiblar el mediodía del jueves. Como puede apreciarse, cuatro y el del tambor. Así que yo sigo a lo mío, que es aprovechar el día al máximo ya que presumiblemente el viernes habrá más gente y anuncian empeoramiento del tiempo para la tarde. Paro a comer en la cafetería de Beret, un bocadillo de tortilla y unas patatas fritas con kétchup me sale a 7,20 Eur. No me parce caro para ser una estación de esquí. Quien dice que Baqueira-Beret es caro se equivoca de plano, si digo bien, Baqueira-Beret no es una estación cara para los servicios que ofrece, si es cierto que el forfait vale unos pocos euros más que sus directos rivales, pero es que no hay punto de comparación. Me he recorrido todas las estaciones de esquí de España varias veces (a excepción de Sierra Nevada) y de todas todas el fin de semana que mejor me sale económicamente es el de Baqueira. Los apartamentos donde nos solemos alojar en Vielha salen tirados de precio y con una buena calidad. La competencia ahora por captar clientes es feroz y si uno mira bien hay muy buenas ofertas tanto en Vielha pueblo como en Baqueira 1.500. En conclusión, calidad–precio para mi es inigualable. Los que dicen que es una estación elitista llevan mucha razón, pero Baqueira no es la mejor por ser elitista, si no que es elitista por ser la mejor. La gente no es tonta y no hay más que mirar donde se están quedando otras estaciones de esquí antaño referencia en España para ver con tristeza como están ahora, las malas gestiones se pagan, pero las buenas también.
A lo que íbamos, el día se acaba y mis piernas ya no dan más de sí. Lo malo es que no apetece dejar las pistas, mañana no se sabe lo que me voy a encontrar. Las pistas siguen estando casi vacías y el tiempo continúa espléndido. Desde la silla del Dossau saco esta foto de los árboles para que se pueda apreciar bien la cantidad de nieve recibida.
Subida silla Dossau
Una hora más tarde, esta vez desde la silla de Mirador, saco esta otra foto donde se pueden apreciar los cientos de huellas que ha dejado la gente a lo largo del día.
Baqueira el jueves por la tarde desde silla Mirador
Pero el día toca a su fin, y con mi cuerpo molido tiro valle abajo a descansar para el día de mañana, que también promete. Tras dormitar un rato en el apartamento salgo a hacer unas compras al pueblo y lo primero que veo es la cantidad de gente que ha llegado, la avenida Pas de Arró de Vielha parece la Quinta Avenida, bares llenos a rebosar y la carretera principal colapsada de coches y familias descargando equipajes para los próximos días, vamos que se acabó la tranquilidad. Decido ir a descansar para madrugar al día siguiente y evitar en la medida de lo posible este gentío. El cielo estrellado y las bajas temperaturas de la noche prometen un fantástico día de esquí! Pero esta vez los pronósticos, como ocurre tantas veces en la montaña, no se cumplirán.
El viernes amanece nublado, totalmente cubierto. De momento no nieva, pero amenaza con hacerlo. Lo peor de todo es que la temperatura ha subido mucho, el termómetro del coche marca 1 grado en cota 1.500. Mala señal, si le da por tirar caerá agua. Además, el parking exterior parece la guerra, que diferencia con el día anterior. Aun así el tiempo aguanta, de momento, pero no por mucho tiempo. Hago un par de bajadas al Pla de Baqueira bastante disfrutonas aunque la nieve está muy pesada. Tras la segunda bajada saco fotos de la llegada del huevo a la cota 1.800, que pinta tal que así.
Baqueira cota 1.800 el viernes a la mañana
Salgo de ahí huyendo del gentio y me dirijo a la zona de Beret con la esperanza de encontrármela algo menos congestionada y entonces los peores presagios se cumplen y empieza a caer una especie de algo que no sabría muy bien cómo definir, porque ni es agua, ni es nieve, más bien una mezcla de ambas pero muy fastidiosa por que te empapa entero y las gafas de ventisca las bloquea por completo. No hace el frío suficiente y la humedad es muy alta, lo que hace que la nieve en las cotas medias sea de una calidad más bien mala. Aún con todo aquí se ha venido a esquiar, y eso es lo que hago, al menos durante un rato. Tras varias bajadas a la pista de Blanhiblar (mi favorita en Beret) me convenzo que es mejor parar a reponer fuerzas y descansar un poco, el esquí con mal tiempo y una nula apreciación del relieve es agotador. De esta guisa pinta el panorama desde el Parrec de Blanhiblar.
Parrec de Blanhiblar
Tras un rato descansando el Parrec y ya algo más seco y calentito con un caldo entre pecho y espalda salgo otra vez afuera, no sin algo de pereza, y veo que la situación sigue igual, sino peor. No se ve un carajo y la primera pala de Blanhiblar a la que sigue un largo schuss donde me encanta coger velocidad, está impracticable. Que le den por saco, yo me piro. Pero antes a comer algo en la cafetería de Beret, si encuentro sitio antes, porque está hasta la bandera, media estación está ahí metida. Fuera sigue cayendo la porquería esa que lo empapa todo. Me acuerdo unas cuantas veces de la madre del que predijo el tiempo para hoy en la página web de Mountain Weather Forecast, la pagina de referencia en la montaña, anunciaba dos soles como dos girasoles, como estos que salen en la siguiente foto.
viernes lucirá el sol por la mañana
Al final he llegado a la conclusión de que quien mejor predice el tiempo es AEMET, pero tengo un primo que me dice exactamente lo contrario. En fin, quizás haya sido simple y mala suerte.
Tras coger las sillas de Dera Reina y Jorge Jordana tiro para abajo del todo. La calidad de la nieve en la cota 1.500 es pésima, ya que directamente está lloviendo, no en abundancia, pero si lo suficiente para fastidiar la nieve. Así que trenet y al coche. Son las 14: 30 horas y el parking está a reventar, incluso hay un tío que espera a que salga para meter el coche, cosa que no había visto nunca en un parking tan grande, se ve que a la gente no le gusta pagar por aparcar. No me extraña nada que llueva, el termómetro del coche marca 5 grados. Así que saco el coche y tiro valle para abajo haciendo mentalmente repaso de estos dos días de esquí, y pensando en si ha merecido la pena o no el viaje.
La respuesta, como casi siempre que hemos venido a una estación de esquí, es de un rotundo si! Inconvenientes en la montaña siempre hay, es muy difícil encontrar el día perfecto: que si aglomeraciones en los remontes, que si el frío, que si la calidad de la nieve, que si la falta de ésta……..etc etc. El truco es saber disfrutar por el simple hecho de estar allí, apreciar la grandiosidad de las montañas y el aire que allí se respira, salir de la rutina de nuestras ciudades y poder pasear y tomar algo por los preciosos pueblos del Valle de Aran. Comentar las anécdotas del día con amigos y tantas cosas de que hacen del esquí nuestra actividad favorita. Además, según pasan las horas a uno le gusta rememorar las buenas bajadas, que las hubo, y muchas. Aunque a veces nos recreamos en lo malo, los dos días merecieron la pena. Y decir también que en esta estación da gusto, la atención de las personas que allí trabajan es magnífica, de las más atentas que haya visto, casi cada empleado de la estación que te cruzas te da los buenos días. El pisado de las pistas parece artesanal, casi hecho a mano. He estado en estaciones de los Alpes con mucho más renombre internacional que para sí quisieran tener las pistas como suele tener Baqueira. El Valle de Aran, sobre todo cuando está nevado, es de cuento de hadas, por no hablar del apres-ski, con gran oferta de restaurantes y lugares donde tomarte una caña o comer un pincho. Estas cosas y otras muchas hacen de esta estación la mejor opción para mí de los pirineos. Es verdad que Grandvalira tiene más kilómetros esquiables pero para mí eso no es todo.
Los que aún no habéis probado la estación del valle De Arán mi consejo es que lo hagáis, creo que tiene todo lo que un esquiador puede desear. Y si tenéis alguna duda sobre alojamientos u otras cuestiones prácticas no dudéis en preguntar.
Un saludo a todos y buena temporada de esquí.