Apurando la temporada en las Maladetas...con una buena nevada
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Llegamos al aparcamiento de La Besurta el viernes, cuando ya era casi de noche. Subida hasta el refugio de La Renclusa con los frontales y porteando todo el material.
A la mañana siguiente amanece un día bastante aceptable. El frente que debía entrar por la tarde viene desde el Oeste, así que en principio parece que esta zona sería de las últimas en sufrirlo.
Salimos foqueando desde casi el refugio, con un leve rehielo que hacía un poco incómoda la progresión.
La Renclusa va quedando abajo. Como veis el sábado no quedaba casi nada de nieve de 2200 para abajo.
Llegamos bastante temprano al Portillón Inferior (2754 m.). Bonitas vistas desde aquí.
Y esta es la bajada que tenemos por delante hacia el barranco de Aigualluts:
En la primera parte tuvimos que hacer una media ladera por escasez de nieve, pero la segunda parte fue muy entretenida a pesar de la nieve "sucia".
Conseguimos bajar por un tubo hasta el mismo río, a unos 2150 metros. Ambientazo.
Aquí nace el río Ésera, lugar donde ponemos de nuevo las pieles de foca para remontar.
El agua parece que tiene ganado el terreno a la nieve...
Pero en cotas altas queda mucha nieve.
Subimos hasta la cota 3000, cerca del comienzo del glaciar del Aneto.
El día sigue respetando pero cada vez está más nublado.
Bajamos de nuevo al Portillón Inferior, nieve fea pero muy agradable para esquiar.
El Aneto envuelto entre las nubes, parece que aquí ya no va a despejar.
Porteamos el material unos metros para alcanzar el Portillón Superior. Desde aquí, 600 metros de desnivel hasta el refugio.
Curiosamente la calidad de la nieve no era muy diferente entre las cotas altas y las bajas.
Disfrutando de un largo descenso.
Mucho sufrimiento en las caras...
Ya cerca de La Renclusa, esto se acaba.
Llegamos al refugio pronto, sin rastro de las tormentas previstas. El aspecto que presentaban los alrededores nos devolvía a la realidad. El calor ha pegado muy fuerte y se ha ido mucha nieve.
Al atardecer comenzaron las tormentas, todo en forma líquida. Cuando nos acostamos el termómetro se estaba desplomando con lo que esperábamos algo de nieve nueva en cotas altas para el domingo.
Lo que no esperábamos era abrir la puerta del refugio y encontrarnos con esto:
-0.5? y nevando a buen ritmo. Por arriba se ve muy cerrado pero no hemos venido aquí a ver nevar. Esto hay que catarlo.
En el refugio había muchas dudas y fuimos los primeros en salir abriendo huella en dirección a las Maladetas.
Se van las nubes por momentos...
Al ir ganando altura nos damos cuenta de que la nevada ha sido más importante de lo que parecía. Todo lo que fue agua en La Renclusa durante la tarde/noche del sábado, a partir de unos 2500 metros cayó en forma de nieve.
Nos vamos turnando para abrir huella. Ya puedo decir que es una tarea dura pero gratificante.
Vaya vistas! impresionante el día que pillamos.
Aparecen al fondo las Maladetas. El paquete a esta altitud era ya importante.
Cuando estábamos a punto de llegar al pie del Pico de la Rimaya (3265 m.), las nubes vuelven a tomar posiciones...
Así que antes de que se cerrara más, quitamos pieles y bajamos siguiendo nuestra huella de subida para no perdernos.
Unos 35/40 centímetros a 20 de mayo, ¿alguien da más?
No dábamos crédito a las condiciones de nieve que había. Además pudimos disfrutar de una breve ventana de visibilidad.
A partir de la cota 2500 hacia abajo aparecían algunas piedras ligeramente tapadas por la nieve, pero sin mayor problema.
Bajamos hasta la cota del refugio (2150 m.), y empieza a nevar de nuevo en plan bestia. ¿Quién podía resistirse a una nueva subida?
De nuevo para arriba. Las piernas ya pesan pero esto es un tesoro a finales de mayo. Hay que aprovecharlo.
Llegamos hasta los 2860 metros, donde decidimos dejar de ascender porque ya es un poco tarde. Quitamos las pieles por última vez mientras vemos como han caído otros 10 o 15 centímetros nuevos desde la última bajada. Llevamos en las piernas unos 1800 metros de desnivel y ya se nota.
A disfrutar toca!!!
Cerca de medio metro en algunos puntos...
Ahí queda eso.
Contemplando lo que queda de descenso.
Atacando la última parte de la bajada, con nieve un poco más húmeda.
Último tubo antes de llegar de nuevo a La Renclusa, donde recogimos el resto del material.
Siguiendo los consejos de TravesíaMadrid bajamos ratoneando por el nevero que sale junto al refugio. Al final con la tontería nos quitamos los esquís a 1950 metros y apenas tuvimos que caminar 15 minutos hasta La Besurta.
En La Besurta vuelve a nevar con fuerza. Nos vamos con ganas de habernos quedado un par de días más, pero por lo menos hemos podido disfrutar de una pedazo de nevada a las puertas del verano.
Hasta la próxima!