Los hechos tuvieron lugar el 4 de enero. Aquella mañana, Daniel Osambela esquiaba junto a un grupo de amigos. En las pistas se toparon con Miguel Ángel Rodríguez, trabajador del departamento de marketing y comunicación de la estación, conocido como 'Chuski'. Al grupo se les unió Iñigo Zurita, natural también de Donostia, si bien criado en Vitoria. Todos se adentraron en la pista del paraje Garmo la Mina. Era la segunda vez que accedían a esa zona. 'Chuski' pretendía hacer unas fotografías para la página web de la estación. De pronto, un alud se les vino encima y sepultó a Daniel Osambela, Iñigo Zurita y Miguel Ángel Rodríguez. Los tres fallecieron. El resto de amigos logro salvar la avalancha
Cerrada o abierta
En las horas posteriores al suceso surgieron versiones contradictorias sobre lo acontecido. La estación se apresuró a decir que las víctimas se encontraban fuera de pistas. Más tarde rectificó y admitió que el grupo se deslizaba dentro de los límites de una de ellas, si bien matizó que permanecía cerrada.
La difusión de estos datos indignó a las familias de los fallecidos, máxime cuando sabían por medio de los amigos de Osambela, testigos directos de lo ocurrido, que nada de aquello era cierto. Y para demostrarlo solicitaron que fueran visionadas las fotografías que poco antes del alud había realizado Miguel Ángel Rodríguez.
La Guardia Civil examinó la cámara que 'Chusky' llevaba en el momento del accidente y que hasta el instante en el que fue recogida por un agente había permanecido en el despacho de un directivo de la estación. Cuando los guardias la inspeccionaron comprobaron que faltaban algunas fotografías.
La dirección de Formigal negó haber manipulado la cámara y mucho menos haber borrador nada. El Juzgado de Jaca, sin embargo, pidió a la Guardia Civil que investigara.
Especialistas del Instituto armado descubrieron que siete imágenes habían sido eliminadas. El gabinete científico del cuerpo logró recuperarlas. Las fotos son concluyentes. En ellas se ve al grupo de esquiadores cuando accedía a la pista en la que se produjo el alud. La señalización que aparece en las instantáneas certifica que todas figuraban con el cartel de abiertas y que el riesgo de aludes era 3, (moderado) y no 4 (fuerte) como mantenía la estación. Sobre la supuesta manipulación de las fotos, los directivos eludieron toda responsabilidad.
Las familias piden justicia
Las familias de los dos donostiarras fallecidos en la estación de Formigal el 4 de enero de 2008 acuden con optimismo al juicio de Jaca.
Las familias de las víctimas coinciden en asegurar que, una vez confirmado que el accidente se produjo dentro de los dominios de la estación, en una pista abierta y con señalización deficiente en cuanto al estado de la misma y al riesgo de aludes, existió una grave negligencia en las labores de rescate de los esquiadores.
Consideren que la estación no desplegó la diligencia mínima exigible para garantizar el rescate, con vida, de los accidentados. Sostienen que la «inexcusable dilación» en acceder a la zona accidentada influyó «de manera decisiva en el trágico fallecimiento de los esquiadores».
En la comparecencia, Antonio Jericó, director de la estación de Formigal, ha manifestado que la pista donde sucedió el accidente, es una zona fuera pista que estaba cerrada y así se señalaba en todos los carteles, partes e informaciones de la estación. Era una pista que permanecía cerrada desde el comienzo de la temporada. Esta pista no se abrió hasta finales del mes de enero
También ha señalado, que las normas de Formigal señalan que una pista abierta tiene que estar balizada y esa no lo estaba. “Si hubiera estado abierta estaría balizada”. Con relación al cartel informativo que había en la zona, en el que se señalaba que se podía utilizar esa pista, ha manifestado que ese cartel había sido colocado el día anterior por uno de los fallecidos, Miguel Ángel Rodriguez, trabajador de la estación, y la empresa que los había construido, sin el permiso y autorización del personal de la estación. También ha declarado que ese cartel estaba en una zona alejada a las pistas balizadas, de más de 150 metros.
Por su parte, Pascual Pérez, jefe de montaña de la estación, ha señalado que la zona del accidente tenía ese día riesgo 4 de aludes. La zona estaba cerrada. La pista donde cayó el alud, estaba alejada de las zonas balizadas y para llegar a ese lugar había que salir de los lugares señalizados y marcados. Con relación a las fotos que fueron borradas de la cámara de uno de los fallecidos, Pascual Pérez ha señalado que el fue quien entregó a la Guardia Civil la Cámara de fotos, pero no sabía como se habían podido borrar las 9 fotos que faltaban.
También ha manifestado que los servicios de rescate de la propia estación llegaron a la zona a los 10 minutos de que se produjera el avalancha. Posteriormente llegaron los equipos de rescate de la Guardia Civil. De los tres fallecidos, uno de ellos, Miguel Ángel Rodriguez llevaba el ARVA, los otros dos no lo llevaban
En el juicio parte de los familiares de las víctimas han manifestado que habían tenido tratamiento y ayuda sicológica, haciendo constar que todavía no se habían podido recuperar. Los abogados de los demandantes han enfocado sus preguntas a los responsables del Formigal, matizando que no había una información clara de que esa pista estaba cerrada.
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