A estas dos opciones habrá que sumarle la entrada actual por la carretera de Cerler y otras vías de servicio que solo podrán ser utilizadas por el personal de la estación o en caso de emergencia. Además, El grupo de la nieve considera que el proyecto de expansión será el germen para potenciar otras infraestructuras como el telecabina Benasque-Cerler, que ya se está tramitando, o el que conectaría Castejón de Sos con el sector de Isábena.
Todas estas actuaciones se plantean ante la necesidad de dotar a la ampliación de Cerler de nuevos accesos adecuados a las nuevas necesidades de la estación y coherentes con la dimensión del proyecto. Ahora solo se puede llegar a las pistas desde el valle de Benasque, por la A-139, pero con la expansión de este dominio esquiable las posibilidades de entrada se multiplicarán.
Abrirse a la N-230
Esto permitirá descongestionar el congosto del Ventamillo. Al mismo tiempo, acercará la estación a los esquiadores catalanes, franceses y valencianos, ya que los nuevos accesos a Cerler estarán muy cerca de la carretera que une Lérida con Arán por el valle del Noguera Ribagorzana: de la N-230, que pronto se convertirá en autovía, al telecabina de Fonchanina habrá solo 15 kilómetros.
Teniendo en cuenta esta apuesta estratégica, y analizando las necesidades de las cuatro zonas de expansión de Cerler, Aramón quiere crear hasta cinco nuevos accesos al único dominio esquiable de la Ribagorza. De ellos, solo dos serán de uso público.
En el sector de Castanesa, el mayor y el que más inversión requiere, el holding propone construir un telecabina multicable que parta del núcleo de Fonchanina y evite así el flujo de vehículos hacia el fondo del valle del Baliera. Tendrá una longitud de 4.210 metros y salvará un desnivel de 390 metros. Según la memoria redactada por Aramón, este remonte será el acceso principal a la zona de ampliación, podrá transportar hasta 4.000 personas cada hora y utilizará cabinas de 16 plazas -podrán ser más si se opta por un sistema de tres cables-.
Víales de servicio y evacuación
Además, está previsto acondicionar la carretera que va desde la N-260 hasta Fonchanina, es decir, la que permitirá acceder en coche hasta el telecabina. A partir de ese punto, se creará una nueva calzada que llegará hasta las pistas de esquí y que será de acceso restringido. Según explica Aramón, esa prolongación será necesaria como vía de servicio y de evacuación en caso de emergencia. Los esquiadores que quieran usar el telecabina podrán dejar sus vehículos en un aparcamiento de 500 plazas que se construirá en Fonchanina o en otro de 1.300 proyectado en Benifons.
El otro acceso público al nuevo dominio esquiable, “muy secundario” según Aramón, consistirá en una carretera que llevará desde el municipio de Aneto hasta las pistas de ese sector. Ese nuevo eje aprovechará la calzada de 6,4 kilómetros que ya discurre entre Aneto y el embalse de Llauset, aunque se hará otra totalmente nueva. A partir de ese lago, se construirá una carretera de otros 8 kilómetros sobre una pista ya existente.
A los sectores de Ardonés e Isábena se accederá en remonte desde la actual estación de Cerler, desde la zona de Castanesa o desde la de Aneto. No obstante, en ambos dominios se crearán sendas vías de servicio y emergencia que aprovecharán, en parte, pistas o carreteras ya trazadas.
En todos los casos, las carreteras funcionarán también como soporte de las redes de agua, luz y comunicaciones, que bajarán por su trazado hasta el fondo de los valles minimizando así los costes y el impacto.
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