Esta pasado verano, un estudio de la Universidad de Copenhague y del Instituto Niels Bohr de Noruega, publicado en la revista científica Nature Communications, afirmó que si continuamos emitiendo los mismos niveles de gases de efecto invernadero la AMOC colapsará con un 95% de probabilidad entre 2025 y 2095. Y estableció que el año más probable de que esto suceda es 2057.
Investigadores de la Universidad de Utrecht han simulado con éxito el colapso de la circulación oceánica a gran escala en el Atlántico utilizando un modelo climático complejo. Su estudio revela graves repercusiones climáticas globales, siendo Europa la más afectada. Publicaron sus hallazgos en la revista científica Science Advances.
La Circulación Meridional del Atlántico (AMOC) funciona como una gigantesca cinta transportadora mundial que lleva el agua caliente de los trópicos hacia el extremo norte del Atlántico, donde el agua se enfría, se vuelve más salada y se hunde en las profundidades del océano, antes de extenderse hacia el sur, regulando los climas globales y regionales.
Tendencias alarmantes indican una disminución gradual de su fuerza en las últimas décadas, lo que genera preocupaciones de un debilitamiento abrupto en condiciones climáticas futuras. Los investigadores observaron estos cambios abruptos en modelos climáticos simplificados, pero aún no cuando utilizaron la última generación de modelos climáticos de última generación.
El equipo de investigación formado por Henk Dijkstra, Michael Kliphuis y René van Westen diseñó una simulación en la que pudieron medir un repentino debilitamiento de la circulación oceánica. En la simulación, introdujeron una fuerza de agua dulce en el Océano Atlántico. Como resultado, la fuerza de la circulación disminuyó gradualmente hasta que alcanzó un punto de inflexión crítico y colapsó.
Hasta 3 grados menos por década
En su simulación, el clima europeo se enfría aproximadamente 1°C por década, y algunas regiones incluso experimentan un enfriamiento de más de 3°C por década. Al respecto van Westen explicó que
La comparación de estas cifras con la tasa actual de calentamiento global de 0,2 °C por década subraya la naturaleza sin precedentes de los impactos climáticos durante un evento de inflexión,
Al abordar la incertidumbre que rodea la proximidad de la circulación oceánica real a su punto de inflexión, Dijkstra enfatiza la necesidad de un indicador de alerta temprana mensurable y basado en la física.
"Los registros de observación actuales son demasiado breves para hacer una estimación fiable, pero el indicador de alerta temprana muestra que nos estamos moviendo en la dirección del punto de inflexión".
Van Westen subraya la urgencia de la situación y afirma: