El "a saco Paco" en versión francesa es lo que se vio este miércoles en el Teleférico Saulire de Montblanc. Y es que los operarios lo forzaron al máximo, no solo para ver de que era capaz, sino para garantizar la seguridad en casos extremos. Y por lo visto en las imágenes, hay que 'pisarle muy a fondo' para que ocurra una desgracia.
A menos esto es lo que asegura la estación. Añaden que el miercoles se llenó de bidones de agua cada una de las dos cabinas hasta el tope de su carga máxima. Además se puso a funcionar el remonte a velocidad máxima. Y por si esto fuera poco, pegaron un frenazo cuando llegaron a la terminal. Vamos, debieron estar pasándoselo bomba con el tema, sobre todo cuando sabes que tienes permiso para hacerlo, y que en caso de que pase algo, no pagas nada.
Desde la Sociedad Tres Vallees, a la que pertenece el area esquiable de Courchevel , afirman que estas pruebas se hacen cada dos años por normativa del Service Technique des Remontées Mécaniques et des Transports Guidés, y que se hace fuera de la temporada y con nadie dentro lógicamente.
Que este tipo de accidentes es casi imposible que suceda, porque las cabinas nunca van al máximo de su capacidad (120 personas), tampoco se les pone a toda velocidad, y por supuesto, no se hace un frenazo 'en seco' de esa manera. No obstante, Stéphane Pfend, director de operaciones y presente durante la prueba, ha reconocido que
"Las cabinas sufrieron graves daños. Un informe pericial determinará las causas del incidente. Estos controles se llevan a cabo en condiciones extremas, para probar la reacción de los dispositivos".
El Saulire lo construyó la empresa francesa Poma en 1984. Por entonces, se convirtió en el remonte de este tipo más grande del mundo, con una capacidad de 160 pasajeros por cabina, que años más tarde se redujeron a 120 personas. En 2013 las dos unidades fueron remodeladas con un coste de 300.000 €.