Según explicó este martes el presidente de Ski Andorra, Francesc Camp,
"aunque sea el 10 o el 15 de febrero, la idea es abrir las pistas", por lo que parece ineludible que los dominios puedan levantar la persiana antes de la primera quincena del próximo mes. Con esta posible fecha de reapertura, se ve factible también poder aprovechar la llegada de visitantes en Semana Santa, ya que aunque el turismo internacional
"lo podemos descartar casi seguro", aunque existe la esperanza de recibir visitantes de países de el entorno.
En este sentido, Vallnord-Pal Arinsal ya comunicó este lunes que sólo mantendría
abierto el sector de Pal hasta el pic de Cubil para la práctica del esquí alpino hasta finales de temporada, mientras que la zona del Coll de la Botella y Setúria, así como el sector de Arinsal, sólo estarían operativos para la práctica del esquí de montaña.
Para Camp, lo que está claro es que
"cuanto más tarde se inicie la temporada para los turistas, más pérdidas habrá. Hay unos compromisos de costes fijos ineludibles, aunque la posibilidad de que los trabajadores temporales y aquellos relacionados con el mundo de la nieve, como es el caso de las tiendas de alquiler de material, puedan acogerse a un ERTE, es una buena medida para nosotros. Es algo que desde Ski Andorra ya pedimos al Gobierno durante el mes de diciembre, y que contribuiría a aligerar una parte de la pérdida".
Precisamente, actualmente hay un 65% de los aproximadamente 900 temporeros que hay en el país que se están acogiendo a la suspensión temporal del contrato laboral desde la semana pasada.
Sensación de abandono entre los monitores de esquí
Desde la Asociación Andorrana de Monitores de Esquí (Aames), su presidente, Carlos Iriarte, ha manifestado la sensación de
abandono y olvido que sienten estos trabajadores por parte de las empresas y la administración, ya que parece que
"la mano de obra de Andorra es de un solo uso". Para los monitores de esquí, esta situación
"está siendo una catástrofe", que se suma a la pérdida de la actividad durante la Semana Santa de 2020, en plena pandemia,
"qué es donde hacemos la temporada".
Asegura que no se está permitiendo solicitar ayudas a aquellos trabajadores nacionales fijos por no entrar
"dentro de las características que pide el ministerio", por lo que recibir un apoyo económico les resulta más complicado. A pesar de que entiende que el Ejecutivo obligue a las estaciones de esquí a hacerse cargo de los trabajadores extracomunitarios que ellos mismos han contratado, critica que
"esto no debe hacer desentenderse de los trabajadores fijos y habituales". La voluntad, por tanto, es que estos trabajadores habituales sean dados de alta y puedan acogerse también los ERTE
"para intentar sobrevivir". "Pedimos que se nos trate como a otros trabajadores y se nos dé de alta en nuestras empresas y, si no hay trabajo suficiente, se nos haga un ERTE"
Iriarte ha criticado también que los trabajadores de Arinsal que hasta ahora han estado en espera recibieron este lunes la noticia de que este tramo no se abrirá en toda la temporada para el esquí alpino, asegurando que habría sido más positivo dar la noticia en octubre y
"igual podrían haber trabajado en otro trabajo".
Con respecto a la reapertura, confesó que
"lo único que esperamos es que no se cierre hasta finales de mes". El principal objetivo de la asociación es garantizar ayudas por sus monitores y, recuperar la temporada,
"ya veremos", visto que la previsión en los países vecinos tampoco es buena.