Su temporada de esquí suele comenzar a mediados de junio, quizás a finales de ese mes algunos años. Siempre dependiendo de la nieve. Y eso es ya, a la vuelta de la esquina, y en un momento en que precisamente en Sudamérica es donde estás subiendo el número de casos positivos por COVID-19. Con Brasil a la cabeza y la pandemia literalmente descontrolada después de dos días consecutivos con 20.000 nuevos detectados y a 1.000 fallecidos diarios. Aunque ni por asomo a la misma velocidad, en Chile también están viendo un rebrote intenso, igual que Perú. En Argentina está la situación más controlada, y de hecho han sido varias las organizaciones, entre ellas la OMS, que han felicitado como están atacando al coronavirus. Se hizo un confinamiento rápido y se decretaron protocolos para poder salir de casa.
Aún así, las estaciones de esquí argentinas deben tomar estos días la decisión de si se preparan para abrir o no. Por ponernos en contexto, es como si en España estuviéramos a mediados de noviembre con el coronavirus a cifras de este pasado marzo, y las empresas tuvieran que decidir inaugurar la temporada en diciembre. Los argentinos a diferencia de nosotros, apenas han tenido tiempo de reaccionar.
Así que muchas estaciones se están preparando para abrir solamente para un público muy local, teniendo en cuenta que las distancias en el país son enormes y que los esquiadores de Buenos Aires no van a poder llegar a los complejos invernales situados casi todos en el sur. Por supuesto tampoco los brasileños, principal emisor de turistas de la región.
Además la Cámara de Centros de Ski de la Argentina realizó un extensísimo protocolo para acceder a las instalaciones. Es de largo, lo mejor que se ha visto hasta ahora en cualquier otra estación de esquí del mundo, y sin duda alguna será toda una referencia a seguir dentro de seis meses en el norte, aunque probablemente para entonces muchas cosas y situaciones se habrán normalizado en esta nueva era. Es decir, que la gente viajará en metro y autobús con sus mascarillas, y lógicamente también lo podrá hacer de la misma manera en telecabinas (aunque reduciendo la capacidad de pasajeros) y telesillas.
Pero mientras todo esto ocurre y con una incertidumbre que impide tomar una decisión tan rápida ahora mismo, Las Leñas ha preferido dar por perdida la temporada, y no perder más dinero en preparar sus instalaciones para luego no poder abrir y no poder recuperar la inversión. También sería necesario contratar personal, pagarles sueldos y luego finiquitarles.
Ante esta situación este jueves la estación de esquí de Las Leñas ha emitido un comunicado en el que anuncia que no abren durante la temporada de esquí de 2020:
la decisión se tomó por razones de fuerza mayor no imputables a la empresa sino derivadas del estado de emergencia sanitaria local, provincial y nacional a raíz de la pandemia de la Covid-19. La situación se agrava “por las especiales características del lugar de trabajo, que lo convierten en este contexto en zona de alto riesgo”