Poco a poco nuestros centros de salud se van equipando, y el salto que se ha dado en el algo más de un mes desde que se decretó el estado de emergencia es enorme. Ya hay tanto respiradores que SEAT dejó de fabricar los que hacía en en su planta de Martorell y muchas camas UCI empiezan a ver una relajación en el número de llegadas.
Pero la preparación no para. Se van a seguir manteniendo los hospitales de campaña que se montaron en IFEMA, otros palacios de congresos o polideportivos, y se irán sustituyendo esos respiradores extraoficiales por otros más oficiales. Se seguirá también con la ardua tarea de comprar mascarillas, el producto rey al que todo el planeta quiere darle caza.
No será de extrañar que en breve veamos talleres y empresas que se reconvertirán al lucrativo negocio de las mascarillas y lo más seguro que es que este otoño hasta se vendan cajas de este producto en supermercados y muchas tiendas, igual que se venden las de pañuelos.
Pero el Coronavirus como decíamos, ha llegado para quedarse, y ahora se está más preparado para hacerle frente sin sin tener que meternos en casa, aunque todavía hay un largo camino por delante para que esto sea definitivo.. parece que hasta el 10 de mayo. No hay que olvidar que aunque la mayoría de personas no conocemos a nadie que haya fallecido por Coronavirus, eso no significa que sea una enfermedad que puede ser letal y que llevar a mucha gente de golpe a los hospitales.
Bruselas ha aconsejado a los europeos no hacer planes para las vacaciones de este verano si queremos marchar a un país extranjero. Así que seguramente tocará viajar por España. No parece que las cosas vayan a cambiar mucho este invierno con muchas fronteras cerradas y controles de coronavirus. Por fortuna nuestras estaciones de esquí no están muy expuestas al mercado internacional, así que nos tocará a los propios españoles alimentar nuestros complejos invernales, y si se relajan los controles en aduanas, algún francés.
También veremos cambios en muchas formas de trabajar y usar las instalaciones en las estaciones de esquí. Es probable que tengamos que usar mascarillas, veremos muchos procesos de desinfección, mucha venta on-line y operativas específicas en los puntos de restauración. Va a ser un palo para las estaciones, que seguramente verán reducidos sus ingresos por la vía de gastronómica y tendrán que gastar más en procesos de prevención del coronavirus.
Pretender que un sábado de sol y nieve recién caída o un día pico de navidad, haya una cola ordenada en fila de a uno en el telesilla Era Beret de Baqueira, en el Sextas de Formigal, el TGV de Masella o el de Borreguiles en Sierra nevada, es toda una utopía. Se va a intentar que la gente marque una distancia o que haga una linea individual los primeros días, pero sera imposible. ¡Serían hileras kilométricas!.
Así que las estaciones y los usuarios van a tener que aprender a prevenir el contagio en una situación de colas. Probablemente nos obliguen a mantener nuestros guantes puestos en todo momento y al uso de una mascarilla. Los tubulares de cuello no tienen una gran validez para evitar la transmisión de las pequeñas gotitas, así que deberá ser algún tipo de material oficial.
Hay muchas empresas que estos días han estado adaptando sus productos en máscaras y pantallas para protección del COVID. Algunas de ellas tomando como base gafas de esquí. Es probable que muchas de estas acaben comercializándose y obligadas a su uso, al menos en el personal de las estaciones.
Nos puede parecer extraño, pero entre los ciclistas es bastante habitual equiparse con máscaras anti-polen o con filtro anti-polución. No sería raro que esto se pasase al esquí. De hecho alguna marca que las fabrica ya ha mostrado su interés en buscar materiales para lanzar productos homologados para prevenir el contagio por Coronavirus.
También es probable que las propias estaciones o empresas las regalen como producto de merchandising. Ahora nos parece una utopía por la falta de este material en el planeta, pero dentro de siete meses ya habrán aparecido fabricantes como setas y las venderán hasta en el Mercadona en cajas como las de pañuelos.
En Norteamérica ya han salido empresas como Sunshinepolising dispuestas a desinfectar las cabinas. Son especialistas en pulir los vidrios de estos remontes y ahora quieren aprovechar este nuevo mercado.
A nivel local las estaciones harán tareas de limpieza de sus remontes continuamente. Quizás al bajar los pasajeros y mientras la cabina da la vuelta para comenzar su bajada, un trabajador aproveche para desinfectar y limpiar zonas donde se puede haber tocado. También es probable que en los telesillas se haga un procedimiento similar.
El material de esquí de alquiler, sobre todo bastones y cascos, tendrá su proceso de limpieza y se garantizará que así se haga.
Y lo mismo pasará en los hoteles, donde se hará un sistema de limpieza más específico.
Sin duda alguna, va a ser uno de los puntos de más incertidumbre para dar permiso a un uso habitual. Quizás se pueda garantizar una desinfección preventiva con nuevos procesos. En todo caso, es dinero extra a gastar por las estaciones.
Evidentemente el personal llevará mascarilla y guantes en todo momento. Algo que debería ser muy obligatorio pero que ahora sí se usará si o si siempre.
Teniendo en cuenta que entramos en un periodo de recesión económica, encontraremos muchas promociones. Es cierto que el esquí no suele ser una actividad muy afectada cuando hay alguna crisis monetaria, y que incluso la gente joven que se queda en paro, aprovecha para tomarse un 'invierno sabático' y esquiar más entre semana. Pero lo que se nos viene encima esta vez es mucho más gordo que otras veces...
Pues como dice una famosa estación "En cuanto se den las condiciones". Con todo el mundo en casa viendo Netflix excepto los que tienen un perro, las estaciones apenas han podido comenzar el proceso de desmantelamiento de sus instalaciones. Es más que probable que no veamos esas novedades que ya veíamos con ganas como esos telesillas en Cerler o Formigal. Sobre todo por la incertidumbre a la hora de si van a llegar las piezas con las fronteras cerradas. Pero será un año para hacer mantenimiento en pistas, y con una actividad de verano prácticamente a cero, con más tiempo para preparar las pistas y hacer las revisiones de los remontes.
En todo caso para que comience la temporada queda más de siete meses y solo hay que recordar como estábamos hace cuatro o cinco semanas y como la situación y las perspectivas han mejorado en este tiempo. Pues bien, todo esto lo multiplicamos por siete...
Por últimos recordar que la gripe causa más muertes que el Coronavirus y no nos hace quedar en casa en invierno. Pese a las cifras de fallecidos de este mes, el de marzo de 2020 sigue sin ser el que más muertos se han añadido en nuestro país. Un triste récord que todavía mantiene enero de 2017 al que sigue enero de 2005. Así que como podemos ver, si algo deberemos temer ese mes no es al COVID sino a la gripe...
(Gráfica no visible en versión móvil, solo en ordenador)