Para ello se abrazaron a la técnica del 'snow-farming' , consistente en guardar parte de la nieve caída durante el invierno anterior, bajo enormes lonas térmicas, creando depósitos en alta montaña. Cuando llega el otoño estas mantas se retiran y las máquina se dedican a esparcir la nieve por algunas de las pistas. Lo que empezó como un mero golpe de márketing, ha acabado por ser un negocio redondo, ya que algunos clubes aprovechan para hacer sus primeros entrenamientos de temporada, e incluso las selección nacional de Copa del Mundo de Austria prefiere quedarse aquí 'abajo' que irse hasta las pistas de los glaciares, las cuales para llegar requieren un tortuoso camino de curvas. Kitzbühel está a un tiro de la autopista.
De momento para este fin de semana se ha abierto un par de pistas en el sector Resterkogel con un total de 2 kilómetros esquiables. Más de 1.500 personas han pagado los 37 euros del forfait para esquiar en un día soleado, pero frío, que permite disfrutar de unas condiciones de nieve excelentes, según ha informado la portavoz de la estación, Sylvia Brix. En las zonas más alta la imagen era más invernal, gracias a las nevadas que cayeron a principios de semana.