El incidente ocurrió en torno al mediodía, cuando la compañía recibía adiestramiento de un profesor de la unidad militar de Montaña y Operaciones Especiales, un descenso por un itinerario en la Loma Verde, fuera de pistas. En esas estaban cuando el teniente que formaba parte del grupo observó a un puñado de niños bajando el barranco de Tortiellas, fuera de pistas, por un cortado peligroso, más aún para alguien de tan corta edad.
Porque cuando los soldados se acercaron al grupo, vieron que eran cinco jóvenes de entre 7 y 12 años, y comprobaron que eran franceses. Pese a las dificultades de comunicación, entendieron que uno de ellos había sufrido una caída mientras efectuaba un descenso por las pistas, y los esquís se habían despeñado por el barranco, de más de 100 metros.
Los soldados les indicaron la única ruta posible de descenso del barranco y les acompañaron hasta que pudieron rescatar los esquís. Luego les escoltaron en la bajada hasta la zona de la cafetería de la estación, donde les dejaron, ya sin peligro y en condiciones de seguir esquiando. Llevaban los correspondientes forfaits, aunque en un primer momento no lograban localizar a los familiares o monitores que sin duda les acompañaban.
Los soldados terminaron este inesperado rescate en aproximadamente una hora, y pudieron continuar su adiestramiento, con un aliciente que, afortunadamente, se quedó solo en un susto para todos.
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