Lo hemos visto con la ex-esposa del Beatle Paul McCartney. Heather Mills intentó participar en los Paralímpicos de Sochi, aunque finalmente tuvo que abandonar la intención al no reunir los puntos necesarios. Quien si lo logró fue la tailandesa Vanessa Mae. Esta conocida virtuosa del violín que combina sus interpretaciones con el pop, nació en Singapur pero se fue a vivir a Londres con tan solo 4 años, donde ha residido desde entonces.
Pocos meses antes de los Juegos Olímpicos de Soch alguien pensó que si lograra colarse en los Juegos Olímpicos de Sochi sería una buena publicidad. Su relación con el esquí se reduce a algunas escapadas que hace hasta los Alpes en invierno, siempre y cuando pueda compaginarlo con su agenda de conciertos. Nunca había participado en una carrera, y pocas semanas antes de la cita olímpica no reunía los puntos necesarios.
La mayoría de corredores que quieren participar en unos Juegos Olímpicos de Invierno 'por su cuenta' se apuntan a carreras menores durante los meses previos a la cita olímpica. Es el caso de nuestro amigo Humbertus Von Honenlohe, e incluso del haitiano Jean-Pierre Roy o del ghanés Kwame Nkrumah Achampong. Pero todos ellos, mas mal que bien, habían competido algo. Lo que hacen es buscarse FIS Race que organizan clubes locales para sumar puntos compitiendo contra corredores que están en su etapa de iniciación. Aún así raramente logran quedar entre los 10 primeros, pero a base de carreras logran sumar los puntos necesarios.
Pero Vanessa Mae tenía tan poca práctica que ni así hubiera logrado los puntos. Así que se sirvió de la nacionalidad tailandesa de su padre para montar la Federación de Esquí de Tailandia. Acto seguido se organizó sus propias carreras con la ayuda de la Federación de Eslovenia. En enero de 2014, semanas antes de la ceremonia de apertura de Sochi-2014 pagó 6.500€ a un club local para que organizaran los Campeonatos Juveniles de Tailandia en una estación eslovena. Pese a que ya tiene los 35 años, se validó su participación, siendo la única corredora de su país, por lo que quedó la primera llevándose los puntos máximos.
En otra ocasión, organizaron una carrera en la que invitaron a un corredor ya retirado pero todavía con buenos puntos, de manera que los puntos FIS que se daban serían mas altos. Se cree que en esa carrera el cronómetro estuvo parado varios segundos en la salida de Vanessa Mae.
Logró participar con una actuación pésima, quedando la última de 67 corredoras en las dos mangas, a casi un minuto de la medalla de oro, la eslovena Tina Maze. El COI le suspendió por cuatro años al detectar esta táctico que calificó de fraudulenta, pero la violinista apeló la decisión ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo quien hace unos días levantó el castigo.
Si bien la entidad afirma que lo que hizo Vanessa Mae se acoge a unas "débiles normas de la FIS" de las que supo aprovecharse, también afirmó que