La boda más alta de Europa tenía que celebrarse en el hotel más alto del continente: el Vincci Rumaykiyya, donde se han reunido los 175 invitados de la pareja, procedentes de Málaga (la familia de Paco) y de Soria (la de Paula). Con la excepción de los más mayores, que pudieron ver la ceremonia por videoconferencia en el propio hotel -"no queríamos que se la perdiera nadie", explica Paco-, la familia y los amigos de los novios los acompañaron, a pie o con raquetas de nieve, hasta la ermita de la Virgen de las Nieves, el monumento a la patrona de Sierra Nevada. Y allí sellaron su compromiso. Con botas de nieve y los esquís esperando en el altar. Porque, después de darse el sí quiero, de besarse ya como marido y mujer y de recibir las felicitaciones de sus invitados, Paco y Paula estrenaron su matrimonio haciendo lo que más les gusta, esquiar.
Acompañados por un cortejo nupcial de unos treinta amigos y familiares -en el que no había ni pamelas ni chaqués, sino monos, cascos, gafas y guantes de esquí-, los felicísimos novios bajaron esquiando hasta el mismo hotel, donde el personal los esperaba para dar comienzo al banquete de esta boda de altura.
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