"Debido al clima frío que estamos teniendo (en La Paz) existe un poco más de cobertura de nieve", agregó Ando, mientras un puñado de unos diez deportistas ponía a punto bastones y esquíes para la prueba de eslalon. La afirmación de Ando es alentadora, especialmente después de que en 2009 el ingeniero Edson Ramírez, miembro de la Dirección de Ciencia y Tecnología de la estatal Universidad Mayor de San Andrés, una oficina que monitoreó en los últimos años al Chacaltaya, dijo que éste "es un nevado muerto".
Aunque Bolivia posee muchos nevados en las cordilleras Oriental, Real y Occidental, son pocos los que están al alcance de la mano, como Chacaltaya, ubicado a unos 40 km de La Paz. Paradójicamente son pocos también los bolivianos que practican el esquí o el andinismo.
A media hora a pie de la cabaña de Chacaltaya, un refugio erigido al borde del precipicio rocoso de la montaña en 1945, se encuentra en uno de los picos del nevado el glaciar Charquini, de 5.390 metros de altitud, donde existe una pista natural enfrente del imponente Huayna Potosí, 6.088 metros sobre el nivel del mar. Tras el eslalon, Ando declaró: "estamos contentos porque después de 2008 volvemos a tener competiciones" esta vez en el Charquini, el glaciar ubicado en uno de los picos del Chacaltaya. Pero no siempre será así. "Sabemos que esta pista va a tener los mismos problemas (de la pista central) del Chacaltaya por el calentamiento global", presagió Ando.
Chacaltaya, acogió en 1942 el primer campeonato sudamericano de esquí. Sus condiciones en invierno son tan duras, que su temporada coincide con la del hemisferio norte, ya que era más factible esquiar en su verano, como ha sucedido este fin de semana.