Lo de reducir la contaminación es una patraña, y a los científicos cada vez me los creo menos porque hay que ponerlo todo en cuarentena y siempre hay opiniones para todos los gustos, incluso científicas.
Y digo que es una patraña porque es una de las mil caras del Estado, ser puede decir ahora que la nieve artificial contamina, que no lo sé realmente, pero acaso no contamina mucho más la sal que se vierte sobre nuestras carreteras y ciudades y que daña el medioambiente, a los vehículos y a las infraestructuras.
En España se usan de forma totalmente descontrolada centenares de miles de toneladas de sal gorda al año, y nadie dice nada.
Pero los ejemplos de esta hipocresía de nuestros gobernantes no tiene fin, así la subvención al carbón que pagamos todos en nuestro recibo de la luz, epígrafe impuestos. Resulta, pues, que estamos subvencionando la energía más contaminante de todas: el carbón, y aquí no pasa nada, ni nadie dice nada. Claro, porque no es políticamente correcto meterse con los pobres mineros asturianos.
O los vehículos. Ahora resulta que todo el mundo esta muy preocupado por la disminución en la venta de coches, y cuando hay un ligero repunte en las ventas todo el mundo lo celebra, mientras por otro lado nos están diciendo que hay que dejar el coche porque es el principal causante del supuesto calentamiento global, hablan de promover el transporte público, y para eso se han inventado las zonas verdes, las azules, las naranjas, los aparcamientos del ayuntamiento y la madre que los parió….además de los radares, los peajes, las grúas, las multas y las denuncias a punta pala bajo la permanente amenaza de retirada de puntos y embargarnos los sueldos.
Y ello sin olvidar el precio de la gasolina donde 70 % son impuestos.
Propongo que en cada surtidor pongan dos contadores, uno con el precio real y otro con los impuestos que nos roba el Estado, así la gente sabría lo que se lleva ese monstruo insaciable llamado Estado, que tiene tus huellas dactilares y la facultad de investigar tu vida, expropiarte tus bienes, prohibir, promulgar, esconder, dilapidar y como no juzgar, y condenar, eso si absolviéndose siempre. Porque el Estado es inocente siempre.
O las plantas desaladoras, cuya industria es altamente contaminante y tremendamente cara, además de requerir mucha energía y emitir gases de efecto invernadero. Entre los efectos de la desalinización se encuentran el vertido de salmueras y contaminantes al mar, así como la destrucción de zonas de costa, y yo me pregunto ¿Por qué no se nos dice la verdad de las cosas?, ¿Por qué se nos engaña constantemente? .
De vez en cuando surge alguna noticia, que luego cae en el olvido porque no interesa, como por ejemplo que en la actualidad se pierde uno de cada cinco litros de agua `por el deficiente estado de las canalizaciones, o los regadios por inundación…….
¿Porque ese despilfarro constante de nuestro dinero?, de esos falsos ecologistas que residen en La Moncloa y en los Ministerios, con mentalidad progre de los años 70 ¡¡¡¡, esos que se han inventado las excusas de “Por su seguridad”, “Por el bien de todos”, que lamentablemente no coincide nunca con el bien, y la seguridad de cada uno….
Salu2