El gran enemigo tiene un nombre: deporte extraescolar.
No conozco a ninguna familia esquiadora con niños practicando deporte extraescoler y en edad de jugar ligas escolares que no tenga conflictos con los partidos de los fines de semana. Me refiero a los que subimos cada fin de semana.
Y es que a partir de cierta edad, si los niños empiezan a jugar a fútbol, baloncesto, hockey o lo que sea, es muy probable que tengas muy ocupado los sábados por la mañana. Y claro, no es muy compatible con ir a esquiar.
Al final todo el mundo tiene que estar contento y, aunque para los más forofos es difícil de entender, en la vida hay muchas más cosas que esquiar y es posible que el niño o la niña las prefieran antes que a nuestro deporte favorito. Pero en algunos casos ocurre que te quedas el fin de semana que ha caído un buen paquete porque los niños tienen partido y luego resulta que se pasan todo el rato en el banquillo.
En fin, que hay que lidiar con muchas cosas... En nuestro caso, el mayor, que hace atletismo, de momento prefiere subir a esquiar. Crucemos los dedos para que dure...