Modificar un estilo de vida por lo general no suele ser fácil… ¿Cómo está siendo tu proceso de cambio tras dejar la competición? ¿Lo echas de menos?
No tengo ni tiempo para echar de menos la competición, aunque haya sido una época espectacular, posiblemente la mejor a nivel deportivo. Está claro que tienes tus momentos de añoranza, pero ahora mismo estoy centrado en otros proyectos, y en volver a tener tiempo para disfrutar de las montañas del Valle de Arán y seguir exprimiéndolas al máximo. Supongo que cuando llegue el momento, sobre todo cuando se celebre el Freeride World Tour en Baqueira, echaré de menos ponerme el dorsal y estar allí arriba, pero bueno, la vida son etapas, se cerró una y ahora se está abriendo otra. Empezamos en el Himalaya, no con muy buen pie, pero con una enseñanza brutal y con muchísimas ganas de volver. Así que poco a poco esperamos que vayan saliendo más cosas.
¿Qué tal la temporada de verano? Has comentado en alguna ocasión que quizá ha sido la más exigente de toda tu carrera deportiva en términos de preparación física…
Sí, así es. A nivel de preparación tenía un proyecto muy potente en el Himalaya. Nunca me había enfrentado a esas alturas, quería llegar con garantías y que no fallara nada de cuanto estaba en mi mano a nivel de preparación. Pero la vida es como es y, por muchas ganas, esfuerzo, y horas que le metas a todo, hay cosas que no se pueden controlar… El Himalaya ha sido toda una enseñanza. Tengo muchísimas ganas de volver, y creo que, tarde o temprano, volveremos a intentar retos en esas montañas, que me han dejado realmente enamorado. Y sí, la preparación ha sido realmente dura. He pasado muchísimas horas de entrenamiento, de dormir en cámara hipobárica, entrenamientos con máscara hipobárica, y kilómetros, y más kilómetros… La verdad es que ha sido un verano duro, de los que creo más he entrenado, pero, al mismo tiempo, súper feliz. Iba a entrenar cada día muy motivado, con el objetivo claro, así que nada que reprochar.
¿Cómo surgió el proyecto del Himalaya?
Gracias a North Face, que apoyó mi sueño, mi idea… Luego Simone Moro fue uno de los grandes culpables de que esto saliera adelante. Nos ha ayudado en todo. Esta vez no salió, pero estoy seguro de que volveremos y que lo intentaremos otra vez.
¿Y la experiencia con el alpinista Simone Moro?
Fue una experiencia brutal para mí. Es uno de los alpinistas más fuertes y con más currículo del mundo. Que estuviera ahí, en esas montañas, que confiara en mí, que quisiera compartir el proyecto conmigo… Todo eso dice mucho. Hemos hecho un equipo muy bueno, tenemos mucha confianza, nos hemos respetado al cien por cien, algo que, a veces, en este tipo de expediciones, en la que quieres hacer las cosas bien, esforzarte al máximo, donde pones el cuerpo al límite, puede llegar a ser difícil, pero lo hemos llevado muy bien, nos hemos entendido en todo momento, y estamos súper contentos. ¡Ojalá que solo haya sido el inicio de algún que otro proyecto más juntos!
¿En qué consistía exactamente el reto?
El reto de momento se queda “en el baúl”. No se consiguió el objetivo, así que queremos seguir luchándolo en el futuro, por lo que no queremos hablar mucho más de lo que ya se sabe… Es un proyecto difícil, nuevo, que nunca se ha hecho, y hasta ahí de momento podemos leer.
¿Entonces volveréis a intentarlo?
Ojalá, ojalá. Ojalá consigamos el apoyo y nos dé la oportunidad de volver y terminar lo que empezamos. Al final, cuando vas a hacer un proyecto de este calibre en unas montañas tan grandes por primera vez, aunque por suerte cuentes con la experiencia de Simone Moro, que es experiencia pura, sabes que va a ser difícil. Conseguir algo totalmente nuevo en las montañas del Himalaya conlleva un riesgo y, al final, pasaron cosas que no estaban previstas. Las condiciones tampoco fueron las mejores, pero son cosas que hay que saber asumir. En esas montañas hay que tener mucha paciencia y saber gestionar todas las circunstancias. Así que esperamos volver con toda la experiencia que ya hemos ganado en esta última expedición, ir con otra perspectiva, y enfocar algunas cosas de manera diferente para mejorar y estar más cerca del éxito.
Después de llevar un año de preparación, ¿qué lecturas sacas de la experiencia que habéis vivido?
Que todo cuesta un esfuerzo, y más cuando vas a hacer un reto de este calibre. Sabía que iba a ser difícil, duro, y por eso quería dar el doscientos por ciento en mi preparación y que no tuviera nada que achacarme después. Que si algo fallaba no fuera por no haber preparado bien la expedición. Que una marca como North Face te dé ese voto de confianza, que confíe en ti y en sacar un proyecto de así adelante, y que te den libertad para elegir tu equipo de grabación, tu compañero de cordada… Para mí, como atleta, que me proporcionen esa confianza, significa mucho, así que de momento la experiencia ha sido brutal, muy intensa, con muchos altibajos dentro de la expedición, pero sacamos una lectura súper positiva y de aprendizaje.
En nuestra última entrevista comentaste que querías focalizarte en un gran proyecto que, entendemos, era el del Himalaya… ¿En cuáles estás centrado ahora?
Sí, me refería a este proyecto del Himalaya, algo totalmente nuevo para mí, donde había focalizado toda mi fuerza y motivación. Ese fue uno de los principales motivos por los que dejé la competición, y tenía ganas de centrarme en esto. Me quedaban muchas cosas por mejorar, tanto de técnica en escalada en hielo, como mi resistencia en lo referente al fondo físico. Al final los esquiadores no estamos preparados para ejercicios muy intensos en un corto período de tiempo, de segundos o minutos. Era cambiar un poco toda la estructura de entrenamientos que estaba haciendo para un invierno y amoldarla al tipo de actividad que iba a hacer ahí. Este era el proyecto potente para este año y ahora tenemos otros en mente. El día 7 de enero nos vamos a Japón, donde estaremos produciendo material, con más gente que se irá descubriendo poco a poco.
¿Cómo surgió tu puesto de director de Freeride en la RFEDI?
Me ofrecieron el año pasado la posibilidad de arrancar este proyecto, de empezar de cero la sección de freeride dentro de la RFEDI. Voy muy liado con muchos proyectos, y es uno más, pero con mucha ilusión de poder seguir ayudando a hacer crecer este deporte en nuestro país. Estoy súper agradecido a la Federación Española por haber pensado en nuestra disciplina, en el freeride, y haberme apoyado en todas las ideas que he ido teniendo. Es el primer año, hay que tener paciencia, hay que arrancar el proyecto, pero lo bueno es que tenemos una federación detrás que apuesta por este deporte, que se ha dado cuenta de que tiene un gran potencial, de que cuenta con un gran número de riders, tanto juniors como qualifiers en el World Tour, donde tenemos presencia, y no solo presencia para hacer bulto, sino que podemos lograr resultados y dar muchas alegrías. Esperamos poder seguir creciendo. Estoy seguro, así que vamos a seguir trabajando en ello y seguir luchando por allanar, o abrir, ese camino para los más jóvenes, y hacerlo un poco más fácil.
¿Cómo se presenta el 2023/2024?
De momento esperando un poco las condiciones de nieve. Por suerte, tal y como están el resto de estaciones, aquí, en el Valle de Arán, podemos estar satisfechos de tener más de 100 kilómetros esquiables. Ojalá hubiera más nieve pero ya irá llegando, estoy convencido. Para 2024 centrado en estos pequeños proyectos que tenemos en mente y, por qué no, soñar con algo más.
Aún no olvidamos los vídeos de The Check Project con bajadas increíbles como la nocturna en La Forcanada, o Sarrahèra… ¿Veremos algo parecido estos meses?
La verdad es que estoy súper contento con el proyecto. Son de los descensos más potentes que he podido hacer en el Valle de Arán y los pudimos documentar y mostrar en vídeo gracias a Ford. Está claro que quedan muchas cosas por hacer en el Valle de Arán, y de mucho calibre, así que, de momento, toca esperar un poco que las condiciones mejoren y seguro que iremos sacando algún vídeo potente en redes.
¿Cómo está actualmente Aymar Navarro?
Pues Aymar Navarro actualmente está feliz, contento con las decisiones que tomé el año pasado con respecto a la competición, creo que fue una decisión acertada, muy consensuada conmigo mismo… Sí que es verdad que, como decía al principio, seguro que voy a añorar el momento de ponerme el dorsal y poder bajar porque, al final, lo he hecho toda mi vida y no será fácil, y menos aquí en el Valle de Arán. Pero tengo otros proyectos, otras motivaciones, otro tipo de esquí en el que quiero esforzarme y explotar un poco más. Quiero mezclar subidas de alpinismo con bajadas de freeride por la misma vía, estoy muy centrado en ese tipo de esquí, el steep ski. Y, por supuesto, creo que podemos seguir disfrutando de la montaña, incluso más, porque será con menos presión y más tiempo para estar aquí, en casa, y encontrar las condiciones perfectas para hacer este tipo de actividades.
