El otro día estuve de invitado en el congreso CIMAS compartiendo mesa con Maria Jose Rienda, Carolina Ruiz Castillo y con May Peus. La verdad es que yo pintaba poco allí, pero me sentí muy halagado - de esas veces que no es una frase hecha, sino que uno se siente de verdad honrado de con quien comparte la mesa - de estar como ponente con personas que tenían bastante que decir, y que habían y están aportado tanto al esquí en España. Una vida en la nieve nada menos, que fue precisamente el nombre de la mesa redonda.
No necesitan presentación, pero me gustaría recordar la idea de que ahora están en puestos de gran responsabilidad relacionadas con el deporte y el esquí, contribuyendo con un conocimiento de éste difícilmente alcanzable para la mayoría. Creo que es algo por lo que, de comprobar sus frutos, nos felicitaremos en el futuro. Además, en el caso de Carolina y María José fue muy emotivo escucharlas repasar sus vidas como atleta, entre otras razones porque las había seguido desde lejos, como espectador anónimo, y las he visto crecer en Sierra Nevada, entrenar sin apenas medios en esa esquinita de la pista de El Zorro o, más tarde, participar en carreras en algún que otro rincón del mundo donde estaba perdido en ese momento, como Chile o Austria.
No tengo ni de lejos el perfil ni la responsabilidad de estas personas, pero como mi trabajo es darle a estas teclas, comparto con vosotros las impresiones que me llevé de la reunión. Por un lado, me agradó oír hablar a May con enorme cariño de su época de entrenador - de obrero de la nieve - con sus madrugones, kilómetros interminables y aventuras agridulces, relacionando todo esto con naturalidad con el trabajo y el cargo que desempeña ahora. Carolina y María José resumieron sus vidas en fotos, reflejando con precisión gráfica el camino de esfuerzo, renuncias, decepciones y también de victorias y felicidad, junto con el tesoro impagable de la educación en valores, sensatez, resiliencia y realismo que proporciona la práctica del deporte de alto nivel, que resumo usando libremente palabras de la propia Carolina.
Hubo momentos de emoción creciente en la exposición de ambas atletas, incluso con algunas lágrimas contenidas intentando escapar. Se me quedó grabada una frase de María José que creo que define tanto la vida de un deportista como la de cualquiera que haya adquirido un compromiso sólido con su trabajo y su propio desarrollo personal. Decía algo así como, “una carrera deportiva está compuesta de una enorme cantidad de pequeñas derrotas, que conducen a unas cuantas grandes victorias”.
Hablando como escritor que se dedica a intentar explicar cosas de la manera más fácil y acertada posible, y al margen de la admiración que sienta como esquiador como explico más arriba, me impresiona y me produce una sana envidia cómo, ambas deportistas, son capaces de decir tanto, con unas pocas palabras tan sencillas.
¡Buenas huellas!
Carolo, 2018