Agosto no es un mes de esquí, por lo menos en estas latitudes, la vida trascurre, (para mí ) entre exposiciones de pintura, algunas salidas guiadas con mis clientes y aun me queda tiempo ( como el día es largo ), para pelearme con las rocas, correr un poco por montaña y acabar el día hecho polvo.
El mes no es que me guste demasiado, las luces son muy planas, hay follón por todas las partes y a veces sin querer te estresas un poco, pero no es tiempo de quejas, al contrario, hay que sacar lo bueno de cada mes de cada situación y de cada minuto, por eso me gustan las salidas de por las tardes a escalar con los amigos, las cervezas frías de las terrazas y no escuchar los telediarios machacándonos con crisis ( yo como la llevo puesta toda la vida, no le hago mucho caso, se lo que es convivir con la dichosa situación ) y me gusta sobre todo mirar una página web con fotos de personajes hundiéndose en la nieve polvo y ojear las revistas y fotos de la temporada anterior, para empezar a soñar con la que vendrá.
También se siente cierta “inquietud”, con cómo será? Si empezará pronto o no? Si ya en Diciembre tendremos el metro de nieve deseado por todos o nos deberemos de conformar con que nuestras tablas hagan el ruido que produce su contacto con la helada nieve artificial, cosa que a mí no es que me agrade mucho la verdad, por eso la incertidumbre se me apodera hasta que veo que el elemento blanco sube como la espuma hasta formar el suficiente grosor, para que al pasar por encima los esquís solo se escuche el leve susurrar de el polvo saltando por detrás de ti.
Pero ya tendremos tiempo de reflexionar sobre el próximo invierno, os dejo unas imágenes de cómo ha trascurrido el día a día entre guiajes, escaladas y exposiciones.
Buen verano a todos y en otoño nos encontramos.