Esta semana se han empezado a sentir los “rigores” del in invierno a venir, las luces de septiembre siempre son cautivadoras, pero si están acompañadas del viento del norte y ves las primeras nieves en las cumbres , las luces de septiembre se convierten además en esperanzadoras, esperanza de que este próximo invierno los copos acudan a su cita pronto y bien, que los termómetros se olviden de cambios climáticos y emprenda una bajada sin retorno…… y mientras??................... mientras tanto nos vamos entreteniendo por las paredes, por los caminos, fotografiando las hayas, que en los lugares más sombríos empiezan a cambiar de color, paseando en busca de los frutos del bosque ( si esos de las mermeladas ) y caminando a atardecer al abrigo de los árboles.
A partir de ahora y aunque parezca pronto y exagerado, cada día suelo mirar las montañas, respirar el fresco aire que se va colando por las ventanas y esperar a que un día levante la vista y vea caer los primeros copos, que más tarde se convertirán en las laderas nevadas donde cada uno, desde el principiante al más extremo de los esquiadores puedan dar rienda suelta a sus fantasías blancas.
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