Este impulso para la práctica del esquí de fondo entre los ciudadanos más jóvenes, parte de un acuerdo con Naturlàndia para que éste ceda sus instalaciones a todos los alumnos adheridos al proyecto pionero. También ha participado la Federación Andorrana de Esquí y la Escuela de Formación de Profesiones Deportivas y de Montaña (EFPEM), dos entidades que supervisarán la formación que se ofrecerá a los escolares. El proyecto está pensado para alumnos de todos los sistemas educativos de entre 6 y 8 años.
Todas las partes trabajan ahora, según informaron fuentes del Ministerio de de Educación, para acabar de definir los objetivos, la metodología, los contenidos, la evaluación y los diferentes niveles, entre otros aspectos. Lo que sí ya está acordado es que las clases se iniciarán durante el segundo trimestre y que el proyecto de prueba tiene una duración de dos años. Es decir, comenzará este curso 2010-2011 y finalizará en 2011-2012.
Los escolares harán un total de ocho días de clases de esquí de fondo. Estarán divididos por niveles y trabajarán con un monitor durante dos horas por jornada de esquí. Los grupos estarán formados por un máximo de diez alumnos por monitor. Los profesionales serán puestos por la propia sociedad de Naturlandia, según informó Laura García, directora de operaciones de Naturlandia.
La prueba piloto impulsada por Educación ha ofrecido en un primer momento los centros escolares de primera enseñanza de Sant Julià de los tres sistemas educativos, por un tema «de proximidad y de afinidad que los Lauredians tienen con este deporte», explicó García. En concreto, la oferta se realizó primeramente el primer y segundo curso de primer ciclo de primera enseñanza de la Escuela Andorrana. Posteriormente se adhirieron si el primer y el segundo curso de primer ciclo de educación primaria del sistema educativo español y el CP y el CE1 del sistema educativo francés. La voluntad es que una vez finalice el periodo de prueba piloto de dos años, el proyecto se expanda a todos los escolares del país de entre seis y ocho años.
Desde el Servicio de Esquí Escolar, (conjuntamente con técnicos educativos, la EFPEM y la Escuela de Esquí de la Rabassa) se hará un seguimiento semanal de la prueba piloto para velar por el buen funcionamiento de la actividad. A final de curso se realizará la evaluación final, tanto a los propios alumnos, que recibirán una nota para calificar sus aptitudes y conocimientos del esquí de fondo, como la propia prueba piloto, para determinar su efectividad.
Del esquí de fondo al esquí alpino
Este proyecto pretende iniciar a los más pequeños en el mundo del esquí. «Educación valoró que por sus características y por el poco riesgo que hay de lesiones, era la mejor opción para los escolares más jóvenes», manifestó García. Es una manera de que, con el paso de los años y la evolución del cuerpo y aptitudes de los jóvenes, cambien con más facilidad hacia la opción del esquí alpino.
Aparte de ser un puente para iniciarse en una modalidad, esta prueba piloto también busca potenciar la práctica del esquí de fondo, una intención que encaja con el trabajo que está realizando Naturlàndia según considera su director, Ricardo Masegosa. «Es el hermano pequeño del esquí alpino y hay impulsarlo», reconoció García. La sociedad no descarta ampliar las instalaciones en caso necesario. Masegosa aseguró que están estudiando ampliar la pista de iniciación, y García manifestó que si finalmente se extiende el proyecto a todos los escolares del país, «ya se verá si es necesario».
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