Esta temporada ha habido dos bloques claramente diferenciados en cuanto a permitir o no abrir las estaciones de esquí. Pero en lo que todo el mundo ha estado de acuerdo es que los locales de restauración deben estar cerrados o con un aforo muy limitado. Suiza ha estado en el bando de los países 'aperturistas'. Eso si, con algunos condicionantes ligados a la actual situación de emergencia sanitaria que ha provocado la pandemia del COVID.
Así, se obliga a llevar mascarilla en las colas de los remontes y locales cerrados. También a guardar una distancia de seguridad, y a que las cabinas de los remontes limiten su capacidad a la mitad. Tampoco se he permitido ofrecer servicio de comidas en los puntos de restauración. Ni dentro, ni fuera. Es decir, nadie que se comprara algo en estos puntos, podía sentarse en algún banco o silla perteneciente al área comercial de ese restaurante. Y eso incluye también la terraza.
Como siempre pasa, cuando se firma una norma así, nadie piensa que se le puede dar una vuelta de tuerca. Y eso es lo que ha pasado precisamente. Algunos restaurantes de las estaciones de esquí han tirado de ingenio para cumplir con la normativa y al mismo tiempo ofrecer un espacio para sentarse al cliente.
Es así como se está viendo que muchos de estos locales han puesto los bancos y mesas de estas terrazas, en la misma nieve alrededor de las terrazas. Y por si esto fuera poco, en Arosa y Hoch Ybrig han ido más allá, y han creado largos bancos de nieve.
Algunas imágenes publicadas por el Director de Arosa en su perfil de Facebook, muestran como los esquiadores pueden sentarse en larguísimos bancos de nieve que según relata el directivo, se crearon con una pisanieves a sugerencia del propio conductor de la máquina.
Otras estaciones han colocado fardos de paja en la nieve para que los esquiadores puedan mantener sus posaderas secas mientras se comen un sencillo Rösti o quizás una sopa de salchichas.
Las autoridades reguladoras ya han actuado contra algunas de estas estaciones y mandaron retirar estos asientos provisionales.
La respuesta no se hizo esperar y nuevamente otros hosteleros respondieron con carteles como este, donde irónicamente advierten que entrar en una terraza tiene peligro de muerte, pintando una calavera en una de las pizarras