El Día de todos los Santos es un dia de tradiciones muy otoñales, como asar castañas, comer buñuelos, recoger setas, o en mi caso pasar la jornada con la familia visitando al Abuelo de Sierra Nevada, un centenario castaño ubicado en la Vereda de la Estrella.
En esta época, la mezcla de cumbres, luces, colores, hojas, nieve, pinares, robles, encinas y castaños, hacen de este rincón situado a las faldas de las caras nortes del Alcazaba y Mulhacén, un lugar único que bien vale la pena visitar, especialmente con niños, ya que la ruta es corta y fácil.
El itinerario comienza en la confluencia de los rios Genil y San Juan. Hasta aqui se puede llegar en coche por una estrecha carretera desde el pueblo de Güejar Sierra. Para aparcar hay algo de sitio justo delante del Restaurante San Juan, aunque no es fácil los dias de fiesta.
Unos metros por debajo del aparcamiento hay un pequeño puente por el que cruzar el río Genil. A la derecha quedarán las casas de los trabajadores de la Compañia Sevillana de Electricidad -hoy Endesa- y el arrollo de San Juan, que muchos conocereis porque la pista de esquí El Aguila discurre en parte justo por la cabecera del valle donde nace este afluente del Genil. A la izquierda hay paneles informativos del Parque Nacional e indicaciones de la vereda, que asciende lentamente por el margen derecho del río.
Aunque la primera parte del recorrido es algo cuesta arriba, se hace con alegría. La vereda es ancha, fácil de caminar, y casi todo el rato en sombra. A los quince minutos la pendiente se suaviza, va todo el rato siguiendo la cota 1.200 m.
Si uno va atento, es relativamente fácil ver cabras montesas. Abundan las encinas, quejigos, arces, robles y castaños. El camino es toda una fiesta de colores y olores.
Perderse es casi imposible, solo hay que seguir el camino, obviando cualquier cruce. Hay balizas indicativas y carteles en las intersecciones con otros senderos, como por ejemplo el que baja del Hornillo, otro lugar muy interesante del que hablaremos pronto.
Conforme nos adentramos en el valle, se van divisando parte de las cumbres, y aunque en cotas muy altas, también algo de nieve.
Tras poco más de 2 kilómetros y alrededor de una hora (a paso tranquilo, con niños y muchas paradas), llegamos al castañar donde está este impresionante árbol de más de 21 metros de altura llamado el Abuelo. Unos metros más adelante hay un buen sitio donde parar a comer con los enanos, un tronco caido, uno de los pocos sitios con algo de amplitud y sitio donde sentarse cómodamente. Ojo que es un lugar húmedo, en sombra, y es fácil enfriarse. Ya en esta época, incluso un día de calor, es necesario llevar manga larga, a la vuelta se agradece. Tras reponer energía, media vuelta y mismo camino en dirección contraria.
En total, 2 horitas y 4,5 kilometros de excursión en familia por uno de los parajes más bonitos de Sierra Nevada. Ruta imprescindible sobre todo para crear afición a la montaña entre los más pequeños. Eso si, precaución y ojito que hay riesgo de caida durante todo el trayecto.
¡ Animaros a conocer Sierra Nevada!