- La cuña: Es esa posición convergente de los esquís que dota al esquiador novato de control y seguridad; a cualquier corredor que se note superado por la velocidad o necesite entrar mejor y controlado en una curva también le vendrá muy bien ( la diferencia es que este la podrá hacer con uno u otro pie y a alta velocidad).
- Pasos de patinador: Los emplean todos los esquiadores para tomar impulso, normalmente en sitios planos y sin pendiente; los corredores los emplean en la salida y en ocasiones, para recuperar línea.
- Movimientos de brazos y tren superior: Siempre se ha pensado que un exceso de movimientos desequilibra al esquiador, sobre todo si es principiante. Por el contrario, muchos de los movimientos que nos provocan en el cuerpo desequilibrios importantes, causados por el relieve, la nieve o la velocidad, pueden ser corregidos por movimientos de brazos hacia delante que nos recuperaran la posición, evitando así la caída, tanto en turistas como en profesionales.
- Derrapajes: Con los nuevos materiales podemos imaginar que es pecado mortal derrapar con los esquís, dirigirlos lateralmente a su eje longitudinal. En la práctica es la forma más segura de controlar nieves heladas o muy duras, muy útil también para superar pasos estrechos. Los competidores, sobre todo de pruebas de velocidad y a partir del slalom gigante, derrapan las dos primeras partes de la curva, tanto para entrar correctamente en la curva como para tener menor rozamiento con la nieve que les haga perder velocidad.
- Piernas separadas: El paradigma de la estabilidad y seguridad en el esquí pasa por separar las piernas, sobre todo cuanta mas elevada sea la velocidad en que nos encontramos. Juntar las piernas, por supuesto tiene su uso: en baches, donde necesitamos un pivotamiento de los esquís sobre la suela de los esquís. Y hace treinta años, cuando además de por estética, se esquiaba así por ser mucho mas fácil hacer virajes cortos con esquís que siempre superaban los dos metros. Por supuesto, en la actualidad, no existe ni un solo corredor de baches en esquí artístico que vaya con las piernas separadas (salvo cuando hacen las recepciones de los saltos...)
Como hemos visto, no son tantas las diferencias entre el esquí turístico y el de competición, sólo cambian las horas de entrenamiento y dedicación de cada uno de ellos. Tienen en común, a la vista está, el inmenso placer que supone para uno y para otro el deslizar por laderas nevadas.
Por tanto, ya saben, ¡¡¡ a disfrutar que no es tan difícil, de verdad!!!
Saludos
Luis Anias