Ingenieros y técnicos de empresas de fabricación de vehículos de todo tipo, han convertido la carretera de la Sierra, desde Granada hasta la Hoya de la Mora, e incluso lo que se conoce como la carretera antigua, entre el Dornajo y los albergues, en un circuito casi permanente para probar las capacidades de los nuevos modelos y sus componentes.

Esta práctica, iniciada hace ya años, se ha consolidado entre los veranos de 2005 y 2006. Durante esta temporada, que para ellos empieza al retirarse la nieve, es decir en la primavera, y termina al inicio del otoño, son centenares de vehículos los que han probado y van a hacerlo en esta carretera nacional considerada como la más alta de Europa y también de las más peligrosas.
Comprobar el rendimiento de los vehículos en una vía que asciende desde algo más de los 640 metros de altitud de la ciudad hasta la cota de 2.500 metros en la Hoya de la Mora, es el objetivo fundamental.
La ausencia de aglomeraciones de tráfico y la existencia de hoteles tranquilos y alejados de espacios turísticos masivos, ha favorecido que grandes empresas como Mercedes, BMW, Smart, Ford, Peugeot, Kia, e incluso la Porsche, que probó hace dos años el modelo de todoterreno "Cayene", se hayan decantado por utilizar esta carretera. «Supone un importante volumen de negocio para la hostelería de la sierra en una época en la que no hay demasiado movimiento», comentan en uno de los hoteles de Sierra Nevada que alberga a personal que trabaja en este "circuito" de pruebas. Algunos hoteles son alquilados al completo para los técnicos e ingenieros, y sus garajes cerrados a cal y canto para guardar los coches de pruebas.
Una de las claves del uso de Sierra Nevada para esta labor técnica, es uno de esos secretos a voces que todo el mundo conoce pero que nadie quiere reconocer. La discreción es la norma básica. Cualquier filtración sobre las características o diseño de un nuevo modelo de coche puede suponer graves pérdidas para los fabricantes, y no hay que dar "pistas" a los "espías" industriales. Ese es el motivo de que responsables hoteleros y de la gestión de la Sierra, no quieran comentar la presencia de estos vehículos, que entre otras cosas, consumen miles de litros de combustible a lo largo de la temporada veraniega.
Riesgo en la vía
Pero la presencia de estos equipos supone un incremento de la peligrosidad de la carretera de Sierra Nevada. El incremento del número de coches se ha hecho palpable. La pasada semana podían verse caravanas de Mercedes de color negro que subían una y otra vez por la carretera, acompañados de otros vehículos de control. Además los conductores se encontraban con grandes camiones articulados que efectuaban b>pruebas de tracción y potencia, circulaban cargados y vacíos, e incluso "traillers" de gran tonelaje en las zonas más altas de la carretera, junto a los Peñones de San Francisco, con cargas que les impedían circular a más de 10 kilómetros por hora. Lo que suponía la generación de colas de vehículos en una carretera donde es casi imposible adelantar.
Este año también se ha incrementado la presencia de furgonetas de todo tipo, cargadas con remolques con sistemas de carga variable, que circulan arriba y abajo, de Granada a Pradollano, incluso por la carretera antigua, plagada de curvas peligrosas. Algunos visitantes de la Sierra han tenido que sufrir una ascensión a velocidades mínimas porque delante se han encontrado con camiones y furgonetas en pruebas. Hay que tener en cuenta que la carretera de Sierra Nevada tiene una alta ocupación de tráfico, e incluso es muy usada por ciclistas y camiones de reparto que viajan hacia la estación de Pradollano.