La primera novedad del día fue encontrarme en la parte baja del puerto con un servicio de colocación y alquiler de cadenas, siendo la demanda es alta, ya que sino llevabas un 4x4 te prohibían pasar. Una vez puestas me dispuse a subir a la estación comprobando que no hacía falta llevarlas puestas, ya que la fina capa de nieve te permitía circular pero al ser obligatorio no puedes hacer nada.
Otra sorpresa del día ocurrió mientras me estaba calzando las botas vino un pájaro a visitarme, llamado por los locales KEA, un loro con alas de color anaranjadas, muy simpático y acostumbrado al frío que viene a saludar a cambio de que se le de comida.
Mountain Hutt es una de las mayores estaciones de esquí de Nueva Zelanda, no puedo decir exactamente el numero de kilómetros de pistas ya que trabajan con el concepto de superficie. La estación tiene básicamente 4 telesillas, alguno desembragable, y un desnivel de unos 600 m. No suelen tener muchas pistas pisadas, ya que prefieren fomentar mucho el freeride. Un ejemplo de ellos es que tienen una bajada paralela a la estación bastante larga que para retornar a la misma hay que coger un autobús que cada 15 minutos hacer el recorrido
Fuera de pista que te lleva a una carretera donde un autobus te retorna a la base de la estación
Zona bastante trillada por la gran afición que hay al freeride
Viendo el estado de la nieve y la cantidad que había, me decidí a probar una nueva experiencia “Heliski”.
En la base de la estación había una empresa, donde podías contratar este servicio. Después de un “briefing” previo, donde te explicaban las medidas de seguridad a tener en cuenta y se probaban los ARVA, te llevaban a un pequeño helicóptero.
En el momento que te abrochas los cinturones del helicóptero, te das cuenta que es una experiencia única. En unos instantes estás en el aire y no dejas de ver la majestuosidad de las montañas que te rodean, destacando sobre ellas el Monte Cook o Aoraki en lenguaje Maorí con sus 3.754 metros.
El viaje dura aproximadamente 5 minutos hasta que aterrizas en una montaña totalmente virgen, orientada al sur, donde comenzar este descenso único de unos 1.000 m de desnivel, donde pude disfrutar de la mejor calidad de nieve que ofrece este maravilloso país.
El helicóptero esperándonos para llevarnos a la base
El único fallo de esta aventura fue no haberlo dejado para días más tarde, porque al ser la primera jornada de esta pretemporada de verano, mis piernas no estaba preparadas para toda esta actividad física, pero aun así es algo totalmente recomendable para aquel que visita esta estación.
Este intenso día terminaba a las 4 y como sólo me quedaban dos horas de sol hasta que llegara la noche, me puse en ruta rápidamente, en dirección al sur de la isla, por una de las carreteras que aquí denominan “Scenic Route” debido a la gran belleza que te vas encontrando.
Buscando un sitio donde pasar la noche, me encontré con un pueblo inolvidable llamado “Lake Tekapo”, lo del “lake” es por un lago que lo rodea y el “Tekapo” que se lo pregunten a los Maoríes.
El Camping estaba genial, tenía hasta una estadio natural de hockey sobre hielo, pista de trineos, un spa con aguas termales a 38 grados de la montaña, una pequeña estación de esquí y para el que no lleve autocaravana, había cabañas y un motel, vamos todo un lujo con este increíble entorno.
Este sitio era auténtico para disfrutar y pasar varios días tanto en invierno como en verano, lo malo que aún quedaban bastantes kilómetros por recorrer y muchos sitios por descubrir.
CAPITULO 3 - REMARKABLES