Salíamos de Barcelona a las 6.55, la cuestión era salir antes de las 7 y misión cumplida. Como la semana pasada no pudimos subir porque teníamos a los niños enfermos, no tenia el equipo, así que tuvimos que pasar por casa a buscarlo. Al final, por eso, a las 9.10 estábamos en La Molina, a -6 grados en la base y un viento muy fuerte. La cosa prometía. Lo peor, por eso, eran los cañones. En la pista Estadi se clavaba la nieve en la cara como si fueran agujas. En fin, bien pero durillo. Finalmente, abrieron el telecabina y allí se esquiaba bastante bien, por lo que acabamos el día en buenas condiciones.
Vamos, una buena jornada de esquí. La mala noticia es que, al acabar, se me cayó el casco y se me rompió la carcasa de la GoPro. Y, por otro lado, los Omeglass necesitan urgentemente unos cantos, ya que había zonas muy heladas y no tenían buen agarre. Pero todo esto tiene arreglo.
Esta vez me pudieron grabar con la cámara al revés. Aquí tenéis una muestra de cómo estaba la cosa:
A las 4 de la tarde ya estaba de compras con la familia. Un día muy intenso.
Si no pasa nada, el día 1 estaremos de nuevo en La Molina para el Descens Infantil.