Aunque este lunes es festivo en algunas comunidades autónomas y en Francia, el balance de la Semana Santa para la zona pirenaica es muy positivo. Las estaciones de esquí, con el mejor parte de la temporada, han tenido una gran afluencia de esquiadores y la ocupación de los hoteles ha sido mejor que la de años anteriores. Sin embargo, la tardanza en llegar las nieves ha convertido la actual en una de las peores temporadas en las estaciones aragonesas, que han perdido 400.000 esquiadores, un 30%, respecto al 2006, según datos de la DGA. Las cifras de visitantes, 1.200.000, son similares a las que se registraron en el ejercicio 2004-2005.
La buena ocupación en Semana Santa, cuando las instalaciones han ofrecido un total de "270 kilómetros de zona esquiable", apenas han paliado las pérdidas de todo el año, hasta el punto que desde algunos sectores se solicita la declaración de zona catastrófica.
Los directores de las estación de Astún y Candanchú coincidieron ayer en que la masiva afluencia de visitantes de estos días ha sorprendido. En la segunda, el aparcamiento ha estado lleno estos días y los coches ocupaban también los arcenes de la carretera de acceso.
Por su parte, la de Formigal ha podido ofertar estos días "100 kilómetros" de zona esquiable con 80 pistas en funcionamiento, según informó el director de las instalaciones, Pascual Pérez.
La ocupación también ha sido excelente en las estaciones turolenses de Gúdar y Javalambre, a donde se han trasladado numerosos turistas de Valencia, pese a disponer únicamente de diez kilómetros esquiables. Incluso se ha decidido alargar el final de temporada mientras exista nieve en buenas condiciones para la práctica de deportes. No obstante, la mayoría de los centros dará por concluido el ejercicio el próximo domingo.
Fuente: Periodico de Aragón