Siguiendo la carretera (ahora recién asfaltada desde Castiello de Jaca hasta Villanovilla) nos sale una pista a mano izquierda que nos lleva a Iguácel. Y, en el fondo del valle, bajo la mirada tenaz de la torre, nos encontramos las ruinas del pueblo, que aún persiste en el tiempo y niega ser finalmente consumida por la vegetación.
Acín de Garcipollera, un pueblo devorado por la vegetación
Siguiendo la carretera (ahora recién asfaltada desde Castiello de Jaca hasta Villanovilla) nos sale una pista a mano izquierda que nos lleva a Iguácel. Y, en el fondo del valle, bajo la mirada tenaz de la torre, nos encontramos las ruinas del pueblo, que aún persiste en el tiempo y niega ser finalmente consumida por la vegetación.