Si a cualquiera le preguntásemos por un esquí de esta temporada, estoy seguro que muchos responderíamos lo mismo: los Soul 7. Y es que la espátula translúcida hace que no nos olvidemos fácilmente de ellos. Rossignol describe su nueva 7 Series como una fusión total entre backcountry, freeride y freestyle. Y en especial el Soul 7, como el esquí más versátil jamás construido por ellos. Su construcción, su espátula aligerada…todo apuntaba a un esquí innovador como pocos.
© Affinity Rentals
Por ello, cuando desde Rossignol me propusieron testarlos, no me lo pensé dos veces. Con la ayuda en la parte de la logística de Boutique Nepal, durante estos días he podido probarlos en la zona de Formigal.
Alma, soul…el nombre del modelo es ideal. Si hace sol, la espátula se “ilumina” con los rayos reflejados en la nieve, dando la sensación de que tienen vida propia. Nada más ponértelos, notas que no se parece a nada de lo que hayas probado antes. Acostumbrado a esquiar con esquís grandes, pensados para freeride, lo que más me sorprendió fue la tremenda ligereza. Pese al aspecto de esquí ancho, con unas cotas de 136/106/126, no pesan prácticamente nada.
La primera bajada con ellos, es extraña. Esperas algo “torpe”, que por su geometría pida giros largos…pero te encuentras con todo lo contrario. En ningún momento piensas que llevas un esquí de más de 100mm de patín. La tecnología AIR TIP, que aligera totalmente la espátula y redistribuye el peso hacia el patín, funciona de maravilla.
En pista, pese a que no es su terreno, se comportan genial. Su único punto débil, la nieve dura. La construcción rocker se nota, y el hecho de tener tan poco canto efectivo hace que tengas que andarte con ojo a la hora de ir rápido. Sin embargo, en cuanto la nieve se pone un poco más “guarra”, se convierten en una literal apisonadora. Desde giros cortos a giros largos, con viraje conducido o derrapado…hasta velocidades medias la sensación que da es que pueden hacer absolutamente TODO lo que le pidas, y siempre con un denominador común: facilidad.
María flotando por encima de la costra-sopa-surtido pirenaico
Pero si hay que elegir un sitio donde llevar al límite los Soul 7, este es más allá de las balizas. El día del test, caía una mezcla de nieve y agua que había dejado fuera de pistas una capa de nieve polvo húmeda y pesada, de las que hay que trabajarse. Y es debido a su ligereza, por lo que incluso en estas condiciones ni se inmutan. Su anchura (no podemos olvidar que llevamos unas barcazas debajo de los pies)hace que levites literalmente por encima. Si a eso le sumamos la agilidad que aporta su construcción (17m de radio en la medida de 180cm), lo convierten en un esquí divertidísimo y juguetón con el que hacer todo lo que se te ocurra en nieve polvo. A altas velocidades, echas en falta algo más de estabilidad y de rigidez en la espátula, pero es el peaje que pagas para disfrutar del resto de ventajas.
© DayOff Blog
En definitiva, un esquí para todo y para todos. Desde el pro de turno del Team Rossignol que puede sacarle el 120%, hasta el que quiere empezar a salirse fuera de las pistas y busca algo que le facilite esta adaptación. No soy muy fan de tener un esquí único para cualquier cosa, pero si tuviera que hacerlo, sin duda los Soul 7 estarían en la lista de candidatos. Agilidad, versatilidad, y maniobrabilidad. Tres palabras que los definen a la perfección, y que seguro acaban saliendo en cualquier review. Os dejo un pequeño vídeo con dos tomas del día que los probé. Desde giro corto a giro largo en nieve "guarra", van de cine...
Test Rossignol Soul7 from Alvaro Robledano on Vimeo.
Me quedo con ganas de probarlo un par de días con una fijación de travesía, porque su ligereza pide a gritos un uso más allá de la estación. Las expectativas con las que cogí los Soul7, se han visto totalmente superadas. Un sobresaliente para Rossignol!
@AlvaroRobledano