Subiendo temprano, sabiendo que se venía un día excelente. La única preocupación era el estado del camino, a partir de la curva 25 ya se tenían manchones de hielo y a partir de la 32-33 el camino ya estaba lleno de nieve. Afortunadamente el auto respondió como debía, así que nada interrumpió el camino.
Ya viendo El Parador desde abajo se podía apreciar la nieve caída, y arriba del andarivel también se podía empezar a ver toda la nieve no pisada lista para ser rayada por esquiadores y snowboardistas.
Al lado del Mirador, un momento después de almuerzo para relajarse en la nieve, la cual estaba excelente. Ahí estoy con mi polola Antonia, que ya lleva 2 años desde que le enseñé a esquiar y cada vez esquía mejor.
A la vuelta, cansados y felices por un excelente día, los últimos rayos de sol antes de que se nublara completamente.
Si quieres más información, visita la web de este centro en: El Colorado
Nuestros agradecimientos a korntes por este aporte.