Ruta Vielha-Casarilh |
No sé, parece que a partir de los 30 hay un pequeño bajón, fácilmente superable por falta de remedio, jaja. Y no, no me digáis que es una tontería. Casi todos los de mi quinta me lo han confesado. Si no te ha afectado absolutamente nada mi más sincera enhorabuena. De verdad. Pero hablo desde lo que yo conozco en mi entorno. No sabía si escribir sobre esto ya que hay muchos puntos de vista, diferentes situaciones y lógicamente diferentes formas de sentir el paso del tiempo. Pero al final me he animado a mojarme y compartir cómo lo siento yo.
Admiro a quienes tienen todo superclaro a los 18 años, y lo digo totalmente en serio. Hay quien averigua muy pronto lo que le apasiona. Pero ese no ha sido mi caso (seguro que no ha sido el caso de muchos). He tenido un proceso en el que buscando la claridad, otras cosas que creía claras se han ido desaclarando. Y así, pululando entre las dificultades de la crisis, el no querer aferrarme a nada y el interés o curioseo ante nuevas opciones de vida, he llegado hasta donde estoy hoy. De lo cual he de decir que no me arrepiento para nada.
Sin embargo me veo queriendo ser esquiadora con 31 tacos. Parece una locura y sí: a veces me pregunto en qué estoy pensando. ¿No será un poco tarde para meterme en este follón? No puedo evitar pensar en cómo sería si hubiera tenido esta opción antes. Pero es que no hay nada que pensar. Esto ha ocurrido ahora; no antes.
Encima, me doy cuenta de que me recupero peor de los esfuerzos que hace 10 años, que necesito descansar más, que no soy tan veloz… Joé, llegado a este punto parece que debería quedarme en casa y empezar a tomar sopitas. Y es precisamente en esta parte de mi texto donde quiero entrar en uno de los puntos más fuertes de este blog: LA EDAD.
A mis amigos, a quienes leen mi blog, y en este caso dedicado a los treintañeros/as:
¡¡Que no comience la decadencia!! No os dejéis estar. Y me refiero a todos los ámbitos; no sólo el deportivo. Como sabéis mi objetivo no es sólo deportivo sino que también sigue una línea de cambio profesional. Y sí, a mi también me asusta equivocarme o no ser capaz de responder físicamente como quisiera. Pero decir que estoy mayor… Decir que estás mayor es una comodidad que no convence a nadie. Somos jóvenes digan lo que digan y penséis lo que penséis. Los años son un número que nos carga si nosotros decidimos que nos cargue. Puede que no tengas la misma energía que antes, pero sigues teniéndola. ¡No la anules!
¿De verdad sientes que tu potencial se ha quedado por el camino? ¿ que no puedes adquirir nuevas habilidades? ¿que no das más de sí? Porque si es así, me alegro decirte que te equivocas: